El último domingo del año, el día de Navidad, una jornada calurosa, un lugar renovado o simplemente un momento para estar entre amigos y familiares. Una salida por el día a la playa de Luján de Cuyo, cualquiera fuera la excusa, hizo que esta zona del río Mendoza estuviera colmada de mendocinos y probablemente también de turistas.
Las churrasqueras con cortes seleccionados, las sombrillas amarillas, el alcohol en diferentes envases, el agua fresca y hasta los castillitos de arena fueron las postales del domingo que empezó con mucho calor y terminó con nubes que amenazaron lluvia.
Fue, si se quiere, una previa a las vacaciones, un anticipo del chapuzón en el mar chileno (aunque menos salado) y de un merecido descanso tras un largo año laboral.
“Vinimos con la familia para pasar el día. Anoche empezamos con los festejos y hoy seguimos. Uno no para de comer para estas fechas”, reconoció un integrante de la familia Soria, apostado en una de las márgenes del río Mendoza.
Como ellos, fueron muchos ayer los que eligieron este lugar para pasarlo en familia. Es que las obras llevadas adelante por la Municipalidad lujanina mejoraron considerablemente este clásico parador mendocino, ya un imán para los días no laborales.
Buenas y malas
Un mes exacto después de la inauguración de la Luján Playa (como la bautizó la comuna) es ideal para hacer un balance de qué está bien hecho en el lugar y qué falta por hacer. Y qué mejor que lo hagan los “veraneantes” el día de Navidad.
“Es la primera vez que venimos. Nos ha gustado mucho todo. Es muy limpio, está todo ordenado. Está bueno que cada cierto tiempo pase una motito con un cesto recolector, para dejar la basura que uno va haciendo”, dijeron Cristian y Aldana, que fueron a mediodía desde Las Heras para disfrutar del sol.
Por su parte, Johana y Yanina Fernández, y Gastón y Andrea Arce, de Cruz de Piedra, comentaron que el lugar lo evalúan en función de la limpieza, la cual ahora es asidua.
“Lo bueno es que la Municipalidad controla que todo esté bien. Nos parece buenísimo que los baños también se mantengan en condiciones y que se respeten los espacios de cada uno”, dijeron debajo de una carpa elaborada por sus propios medios con materiales recolectados en el pedemonte.
Cabe recordar que previo a las obras de la playa el lugar se mostraba atestado y caótico -no sólo en las márgenes del río sino también en la zona de estacionamiento-, lo que resultaba muy peligroso para quienes acudían allí.
También vale resaltar la predisposición del personal en caso de que un niño resulte extraviado. Según se pudo comprobar ayer, fue permanente el anuncio por los altoparlantes cuando alguna mamá denunciaba que había perdido a su hijo y viceversa, lo que hace a la seguridad de las familias.
Para el grupo de amigos que integraban María José Viale, Brian Moyano, Leonardo Bringas, Carla Tolosa y Mariel Esteban, lo que más gustó es la higiene, que cambió mucho desde las obras aunque remarcaron que es mejor acudir en días de semana para evitar a las multitudes.
“Viene poca gente y aprovechás mejor el lugar. Igual para esta época es normal que se junten muchas personas. También estaría bueno que plantaran árboles en la zona cercana al río para tener algo de sombra, porque el sol pega fuerte a la siesta”, comentó María José.
“Está muy bien que hayan puesto arena por todos lados, así no te tenés que sentar entre las piedras. Así es mucho más cómodo”, comentó por su parte Joel mientras se remojaba los pies en el agua junto a su novia Mariquena. “Me gustaría, si se puede, que la Municipalidad pusiera más sombrillas, así alcanzan para todos”, agregó.
Por último vale mencionar a Rosa Sola, una “joven” de 83 años que decidió festejar su cumpleaños allí. “Vino con los nietos y sus hijos a pasar un día distinto”, contó uno de los miembros de su familia.
Curiosidades
Como en la costa. Los niños aprovechan la arena que la Municipalidad dispuso en la zona costera para construir castillos de arena, algo que antes no podían realizar porque sólo había piedras.
A la sombra. El sol pega fuerte, no es ningún misterio. Pero ahora para paliarlo se han multiplicado los gazebos de todos los tamaños, para alojar bajo la sombra a familias numerosas. Esto se suma a las sombrillas amarillas que la comuna presta haciendo que el paisaje se vea, a la distancia, multicolor.
Cuidado con el perro. La moda de salir con la mascota a pasear es cada vez más notable. En la playa de Luján son muchos los que se animan a salir con sus animalitos al río para que no pasen una jornada calurosa encerrados en sus hogares.
A bailar zumba. Quienes han estado en el Pacífico o en el Atlántico recordarán los shows que ofrecen los diferentes paradores playeros.
En Luján no quieren quedarse atrás. Es que muchos eligen asistir al parador central para moverse un rato y, tal vez, bajar la comida de la noche anterior. Ayer, una de las actividades más celebradas fueron las de clases de zumba, donde más de uno se animó a seguir los movimientos de los animadores.