El paraguayo Juan Ángel Napout, ex presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), y el brasileño José Maria Marin, dos de los dirigentes incriminados por el argentino Alejandro Burzaco en calidad de arrepentido, fueron declarados hoy culpables de corrupción en el primer juicio del FIFAGate, celebrado en Nueva York, Estados Unidos.
Por su parte, el peruano Manuel Burga, ex presidente de la Federación de su país, todavía no recibió su veredicto como tercer imputado en el primer proceso de investigación del escándalo de corrupción en la FIFA, a cargo del Departamento de Justicia estadounidense.
Napout, que estuvo al frente de la Conmebol entre 2014 y 2015, fue declarado culpable de asociación ilícita y fraude; mientras que a Marin, quien ocupó el cargo máximo en la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), se le atribuyó además el delito de lavado de dinero.
Ambos dirigentes permanecían en prisión domiciliaria desde su detención en Suiza en 2015 y su posterior extradición a Estados Unidos y ahora, por decisión de la jueza de la corte federal de Brooklyn, Pamela Chen, pasarán sus días directamente en prisión a la espera de la condena final.
La jueza rechazó el pedido de las respectivas defensas para que ambos permanecieran detenidos en sus residencias ante el nulo riesgo de fuga.
Napout, de 59 años, recibió la noticia con resignación: le alcanzó la alianza y el cinturón a su mujer y luego se entregó ante los agentes federales; Marin, en cambio, buscó refugio en sus abogados ante el duro revés de tener que trasladarse a la cárcel a sus 85 años.
El tribunal dejó por unos días en suspenso la situación del peruano Burga (60), quien amenazó a Burzaco pasándose un dedo por el cuello durante la declaración del argentino en noviembre pasado.
El ex CEO de Torneos y Competencias tuvo una incidencia fundamental con su declaración durante la etapa de prueba, al revelar que había pagado coimas a Napout (entre 2010 y 2015), Marin (2012-2015) y Burga (2010-2013) para favorecerse en la adjudicación de los derechos televisivos de distintas competencias internacionales.
La justicia de Estados Unidos comprobó que Napout recibió 10,5 millones de dólares en sobornos desde 2010 como titular de la Conmebol a cambio de los derechos de diversas ediciones de la Copa Libertadores y la Copa América.
Por su parte, Marin se benefició unos 6,5 millones de dólares en sobornos por la entrega de derechos de eventos como la Copa Libertadores, la Copa América y la Copa de Brasil.
El FIFAGate se destapó a finales de mayo de 2015, en vísperas de un congreso de esa organización en el que iba a reelegirse como presidente al suizo Joseph Blatter, que ocupaba el cargo desde 1998.
En ese entonces, la policía, en una operación que fue preparada en conjunto por Estados Unidos y Suiza, irrumpió en el hotel de Zúrich, donde se alojaban la mayoría de los directivos, y realizó varias detenciones.
El gobierno estadounidense analizó más de dos millones de documentos entre los años 2000 y 2015 e involucró a un total de 42 dirigentes del fútbol, así como empresarios de compañías de televisión y márketing, en el escándalo que sacudió a la FIFA.