A casi 20 días de que la acordada firmada por los tres miembros de la Sala Administrativa de la Suprema Corte, Jorge Nanclares, Julio Gómez y Omar Palermo, generara una rebelión de jueces sin precedentes, llegó un poco de paz.
Un encuentro entre representantes de la Asociación de Magistrados y cinco miembros del máximo tribunal (además de los tres mencionados se agregaron Dalmiro Garay y Mario Adaro), permitió acercar posiciones en torno al traslado del personal del fuero civil al de familia.
Como en toda negociación, algo se pierde y también se gana. Los "rebeldes" bajaron la guardia y la sala Administrativa aceptó flexibilizar la acordada.
El resultado de la reunión se puede sintetizar en tres grandes ejes: el recurso humano de los juzgados de gestión judicial asociada (Gejuas) del fuero civil -que debía irse- se mantiene; se crea una comisión de trabajo para el diseño de la nueva oficina y se abre un registro para prosecretarios que quieran integrar el fuero de familia.
“No logramos todo, pero se suspende parte de la acordada y nos vamos a regir con la anterior, es decir como estaba diseñada la oficina judicial de gestión asociada, en relación al organigrama”, indicó uno de los jueces civiles.
El punto más conflictivo era el organigrama donde los jueces civiles perdían personal y esto afectaba, según sus argumentos, el desempeño del servicio de justicia sobre todo en lo que respecta a la oralidad. Por supuesto que una parte de la Suprema Corte, los firmantes al menos, no estaban de acuerdo y por ello tomaron la decisión de reformar las estructuras.
Los "rebeldes" lograron torcer la acordada y retener al personal que trabaja codo a codo con ellos en la cotidianeidad de tribunales. En primer lugar, mantienen a todos los prosecretarios, cuando debía irse la mitad. Ya habían logrado, en la primera reunión, que se quedaran hasta el lunes 6 de marzo, mientras se dialogaba. Por lo tanto, no se mueven de sus despachos.
Otro de los lugares del organigrama donde metía mano la Suprema Corte era en los secretarios de Procesos y Audiencias, que dependían de jueces y juezas del fuero. "Nos sacaban a todos los administradores, transformaba al secretario en administrador y no dependía de nosotros. Quedábamos sin ese pivot jurisdiccional porque se transformaba y además no dependía de nosotros", acotó otro magistrado.
El fuero civil contará además con dos de los cuatro administradores que tenían los Gejuas y cuatro secretarios. Entre las bajas de esta pelea quedaron los auxiliares, que ya fueron trasladados al fuero de familia.
En cuanto a la propuesta superadora, que era uno de los reclamos del fuero civil, se conformará una comisión de trabajo para delinear el nuevo modelo de oficina. Estará integrada por representantes de la Suprema Corte, de la Asociación de Magistrados y de la Asociación de Funcionarios Judiciales.
Todo indica que esta vez la reforma llegará a través de una ley, como se hizo con el fuero penal.
Ahora, con la tensión en baja, una bocanada de aire fresco llega al Poder Judicial en medio de varios frentes que han puesto a los ministros en el ojo de la opinión pública.
