Nahuel García: “Atenas es mi vida”

Por coraje, pasión, talento y sacrificio, se convirtió en uno de los ídolos de la historia Apache. Dueño de la número “6”. A siete años de su retiro, el ex base dialogó con Más Deportes. Repasó su carrera y contó qué es de su vida en la actualidad.

Nahuel García: “Atenas es mi vida”

"Después del nacimiento de mis tres hijos, no hay momento más lindo en mi vida, de mayor felicidad, que jugar  y ganar un viernes a la noche en el Pozo Apache. En serio, no me canso de repetirlo. Jugar contra un equipo fuerte como era Anzorena, Regatas o el clásico con Talleres y cantar victoria era una felicidad tremenda. Esa noche no se dormía. Los festejos eran interminables. Y al otro día, había que levantarse temprano, caminar por el barrio, hacer las compras, almorzar en el club. Una experiencia única. No existen palabras para describir lo que se siente. Atenas es una familia y eso es lo más importante", con estas precisas palabras, Nahuel García, base histórico de Atenas Sport Club, arranca el encuentro con Más Deportes. 

Un ícono de la institución Apache. Un símbolo. Ídolo adentro y afuera de la cancha. Un soñador. Con 18 años fue tesorero del club y lanzó la “campaña de las chapas” y se logró techar el emblemático Pozo Apache.

- ¿Qué es de la vida de Nahuel García, después de retirarte campeón en el año 2010?

- Un comerciante que trabaja muchas horas al día, demasiado (risas). Arranqué como apicultor, esa es mi actividad. Me levanto temprano, llevo a mis dos hijos mayores al colegio, luego al negocio (drugstore bar  en calle Gutiérrez y Perú de Ciudad) a trabajar.

Almorzamos en casa todo juntos con mi señora Cintia y mi princesita Celeste (hija menor de un año y medio). A la tarde, los enanos se van entrenar al club y nuevamente a trabajar.

- ¿Qué significa a Atenas en tu vida deportiva y personal?

- Atenas es mi vida. Es un amor único. A los cuatro años ya caminaba sólo por el club. Yo vivía a la vuelta con mis viejos en la calle Saavedra. Ellos trabajaban todo el día. El club fue como una guardería. Hoy, sigo ligado al club. Mis hijos juegan al basquet y salieron más fanáticos que yo. Quieren estar todo el día con la camiseta de Atenas y en el club”.

- Mediados de la década del 90, "Chicho" Matheu te informó que los juveniles  podían seguir en el club, pero los mayores tenían que emigrar, ya que no iban a presentar el equipo de primera por falta de presupuesto. ¿Qué pasó?

- La pasión mueve montañas. Ibamos a jugar descalzo, pero Atenas se presentaba. El DT era Sergio Pedemonte. En ese momento, ganaba 500 pesos. Aceptó bajar su sueldo el 50% para colaborar con el club. Todos los jugadores se quedaron por amor a la camiseta. La planilla salía 100 pesos por partido. Entonces, organicé una rifa de un pollo asado con papa fritas por cada partido de local.

Según el número de camiseta del 4 al 15, el jugador le tocaba traer un pollo. Lo asaban en el club. Vendíamos los números y con la entradita que pagaba cada hincha, llegábamos a la planilla.  Ese torneo hicimos llegamos a semifinales.  Entonces el “Pozo Apache” explotaba de gente. Jugamos siempre a cancha llena.

Terminó el torneo, nos reunimos con Matheu, y le entregué en mano 40 mil pesos que habíamos recaudado. No lo podía creer. Se agarraba la cabeza “Don Chicho”. Eso es el fiel reflejo de la identidad Apache.

- Fuiste tesorero del club y con 18 años y encaraste la "campaña de las chapas". - Lo pienso hoy y digo que loco estaba. Fue una locura.

Pero, se logró. Mis viejos me retaban y me pedían que estudiara. Estaba todo el día, vendiendo los bonos contribución para techar el estadio. Después de mucho sacrificio, en el cual se involucró todo el ambiente del básquet, más allá del aporte de cada hincha, se logró techar el estadio.

Fue hermoso. Subíamos a obreros al techo, sin las medidas de seguridad que te exigen en la actualidad. Queríamos tener techo. Y se logró.  Nunca tomamos conciencia de lo que hacíamos por el club.

- Tus amigos y tu familia  tienen sangre Apache...

- El básquet y Atenas me dieron lo más lindo y lo que más amo en la vida: mi familia y mis amigos.

No hay dudas, el nombre Nahuel García es sinónimo de Atenas Sport Club.

Desde la línea de 6.75

Su familia: Nahuel García se casó con Celeste Rosales, hijo del directivo del club Rubén. Tuvieron tres hijos: Diego (12 años); Lucas (8) y Celeste (1).

Su máximo sueño: "Retirarme campeón fue uno. Pero la campaña de las chapas en el año 98 unió a todo el mundo Atenas. Fue único. Se logró por amor".

Debut en primera: Con 14 años, en 1993, Nahuel  debutó en la primera división. Sus títulos: Apertura, Clausura y Anual '97; Clausura 2000 y Clausura. Anual y Liga C 2010.

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