Los anuncios vinculados a la reforma tributaria generaron mucho desconcierto acerca de cómo funcionará la economía cuando se apliquen los cambios.
Todavía no se conoce la letra chica del nuevo sistema impositivo y algunos puntos parecen no estar definidos aún. Sirve de ejemplo lo ocurrido con el gravamen al vino, que finalmente fue desestimado por el presidente Mauricio Macri.
Nadín Argañaraz, economista y director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), pasó por Mendoza para exponer en el seminario de los 99 años de UCIM.
En diálogo con Los Andes, analizó algunos de los factores claves de la reforma y compartió su opinión acerca de qué debe pasar para que el proceso sea exitoso.
-¿Qué objetivo persigue el conjunto de medidas de la reforma tributaria?
-Los cambios apuntan a generar condiciones para un proceso de inversiones y de generación de empleo privado formal. Desde ese punto de vista, el gobierno está poniendo foco en el Impuesto a las Ganancias de las personas jurídicas. Todo indica que bajaría esa obligación tributaria para aquellas empresas que reinviertan las utilidades. Eso se lograría con el aumento progresivo del pago del Impuesto al Cheque a cuenta de Ganancias. Para una empresa formal es un cambio significativo, porque la incidencia de Cheques en el margen de rentabilidad es muy alta.
-¿Qué opina respecto a los cambios anunciados en las cargas laborales?
-Tengo una inquietud con la reducción de las contribuciones patronales y la eventual eliminación del beneficio que tienen algunas regiones del país de poder tomar las contribuciones a cuenta del IVA. El ministro Dujovne dijo en su presentación que ese beneficio se eliminaría y de ser así, aun con un mínimo no imponible de $ 12.000, se estaría generando una penalización para algunas regiones y un beneficio relativo para Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Gran Buenos Aires, que hoy no tienen ninguna reducción. Pasando en limpio, si se elimina ese beneficio, algunas jurisdicciones podrían tener un aumento de la carga patronal, en lugar de una baja.
-¿Cómo afectan las medidas planteadas a la recaudación del gobierno?
-La reforma tributaria va a tener que ser financiada por la Nación, las provincias y los municipios. Hasta ahora la baja de impuestos que ha hecho este gobierno ha sido de dos puntos del Producto Interno Bruto (PIB). La mitad de esa diferencia ha sido financiada por las provincias y la mitad por el Tesoro Nacional y las empresas. Con la reforma tributaria pasará algo parecido. Si el gobierno habla de un costo de 1,5 puntos del PIB, seguramente va a tener que afrontar la mitad de esa baja de recaudación.
-¿El país está preparado para un cambio tan grande?
-Con mi equipo de trabajo hicimos una simulación de los próximos años. Si la reforma se pone en marcha en 2018, el gasto nacional tiene un comportamiento en línea con lo que establece el proyecto de ley de responsabilidad fiscal y la economía argentina un crecimiento de 4% a partir del 2019, en 5 años se podría bajar 4,9 puntos porcentuales el peso del gasto público primario nacional, sin intereses de deuda. Ese es un dato muy importante, porque se necesita bajar 4,2 puntos el peso del gasto público para lograr el equilibrio primario. Así quedarían solo 0,7 puntos para financiar la reforma.
-¿Qué debe ocurrir para que la economía crezca un 4% anual a partir de 2019?
-En la economía no es necesario que una medida entre en acción para que tenga efecto. Un anuncio puede provocar una reacción antes de que se apliquen los cambios. Interpreto que el gobierno espera que, una vez que esté definida la reforma, haya un impacto en las decisiones de inversión hoy. Eso debería generar un incremento del crecimiento, permitiendo pasar de la tendencia de 3,5 % a 4% anual. De esa manera se generaría las condiciones para poder bajar el déficit y financiar la baja de impuestos.
"Los cambios en materia impositiva apuntan a generar condiciones para un proceso de inversiones y de generación de empleo privado formal."
-¿El gobierno nacional debe financiar la mayor parte de la reforma?
-Debe haber consenso sobre cuánto resigna la Nación y cada jurisdicción para que se defina un camino de inversión, crecimiento y creación de empleo. En setiembre pensaba cuál era el mejor concepto para definir el objetivo que yo quería transmitir. Lo denominé "espacio fiscal integrado". Creo que la Argentina necesita definir toda la política fiscal bajo este concepto. Hay que asegurarse de que si Nación propone la baja de impuestos nacionales, se siga la misma línea en las provincias y los municipios. Eso es clave, porque el contribuyente es uno solo.
-¿La menor recaudación debe ir acompañada de menos gasto público?
-Si hubiera únicamente una puja distributiva para sostener el mismo nivel de gasto público y no hacer ningún esfuerzo fiscal, no iríamos a ningún lado. Una baja del peso del gasto público, comprometida con una ley de responsabilidad fiscal y acompañada con la normalización de la estructura tributaria, le permitiría reaccionar a la economía privada y así se generaría una mayor base imponible, mayor recaudación y menor informalidad.
-¿Qué impacto económico tendría para las provincias el revalúo impositivo?
-Es difícil de calcular, porque depende de cuestiones micro muy puntuales. Lo que sí está claro es que las provincias, a partir del impacto del revalúo, van a recibir menor coparticipación de Ganancias. Eso sucederá porque quienes entren al revalúo pagarán un impuesto especial para pagar menos Impuesto a las Ganancias después. Lo que las provincias van a plantear es como mínimo la coparticipación del impuesto especial. Así existiría cierta equidad, aunque no sería suficiente para compensar el efecto negativo en la recaudación. No hay que olvidar que durante estos años el Tesoro Nacional, Anses y las provincias, han estado recaudando Impuesto a las Ganancias de manera artificial, por no permitir el ajuste por inflación. El revalúo es un sinceramiento y eso claramente tienen costos. El problema es mayor aun si existe una estructura de gastos en base al sistema de cobro desactualizado.
-La Corte declaró inconstitucional el cobro de Ingresos Brutos de extraña jurisdicción. ¿Qué impacto tendrá en la recaudación provincial?
-Mendoza es la única jurisdicción que está con un programa plurianual de reducción de Ingresos Brutos, pero ahora está en una situación incómoda, porque va a tener que decidir qué hacer con Ingresos Brutos de extraña jurisdicción. Córdoba, Buenos Aires, CA BA y Santa Fe anunciaron que ya no se cobrará una alícuota de Ingresos Brutos más alta a las firmas que fabrican en otra jurisdicción. Mendoza aun no lo anunció, pero si lo hace deberá pensar en la reducción de recursos que va a tener y en la forma de balancearlo con el Impuesto Inmobiliario y el Impuesto al Juego, por ejemplo. Creo que el shock de la eliminación de la extraña jurisdicción a Mendoza le puede costar más plata que el programa de reducción de Ingresos Brutos.
-¿Cómo puede impactar la pauta inflacionaria del 15,7% en la recaudación de las provincias?
-Ha cambiado mucho la estructura de recaudación de las provincias a raíz de la concentración de recursos en el cobro de Ingresos Brutos. Si se desea empezar a cambiar la estructura, hay que aumentar el Impuesto Inmobiliario más que la inflación esperada. Eso va a generar resistencia de los afectados, pero es parte de un camino a la normalización.
-¿Qué opina respecto al financiamiento del gobierno nacional a través del endeudamiento?
-El gobierno tomó una decisión de gradualismo en cuestiones fiscales, lo cual me parece correcto, porque un shock fiscal hubiera generado una fuerte recesión económica con alto impacto social. Entonces, ahora que tiene ese gradualismo, puede sincerar el financiamiento. En vez de financiase con la máquina de hacer billetes del Banco Central, se está financiando con los mercados voluntarios de créditos.De esa forma el país quedó expuesto ante una situación internacional de aumento de tasas de interés. Por eso es clave se cumpla con el gradualismo de la pauta fiscal y la reducción del déficit. De lo contrario el país perdería credibilidad y tendría que endeudarse más y con intereses más altos.
-¿El tipo de cambio real está atrasado?
-El esquema de endeudamiento genera un fuerte ingreso de dólares que contiene el precio. Argentina tiene un tipo de cambio real esperado que no va a ser muy diferente al que tiene actualmente. Las empresas exportadoras van a tener que moverse con ese tipo de cambio real y deberán generar cambios internos para ser rentables. Claro está que serán ayudadas por la reforma tributaria. Los cambios impositivos apuntan a la baja de costos, lo que compensará la estabilidad del dólar.
Perfil - Nadín Argañaraz
Es doctor en Economía y director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
Es autor de diversos libros y participa como columnista en medios gráficos de renombre nacional.
En el pasado se desempeñó como presidente del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea y fue consultor del Consejo Federal de Inversiones, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi).