"Fue una desgracia con suerte". Esa fue la conclusión a la que llegó, en diálogo con Los Andes, María José Camps Guerrero, de 37 años, auxiliar administrativa de la Oficina Fiscal Nº 13, después de ser víctima de la inseguridad actual que ahora le tocó "en carne propia".
La mujer, cerca de las 6 de ayer, salió de su departamento de calle Santiago del Estero y caminó hacia su lugar de trabajo.
"Llevaba la cartera con algo de dinero y los elementos de trabajo. Por precaución, el teléfono celular lo tenía entre la ropa y las tarjetas, por la misma razón, la dejé".
Fue el inicio del relato de un domingo que recordará por tiempo, y que tuvo su continuidad cuando en la esquina con Montecaseros alcanzó a ver un hombre que, en moto, se detenía y se ponía a mirar algo en la rueda trasera: "Como si hubiera tenido un problema mecánico o algo".
Y cuando la mujer pasaba a un costado "se me puso atrás y me dijo ‘dame la cartera o te doy un ‘cuetazo’".
De la charla se desprende que, habituada a la multiplicidad de denuncias del mismo tenor, María José optó por entregarla "sin más trámite". Porque, si bien había observado que no tenía un arma en la mano, la situación se podría haber puesto más complicada; "tal vez me hubiera golpeado o arrastrado para llevarse lo que buscaba".
Según lo informado desde el Ministerio, el ladrón se llevó las llaves de su casa, unos 300 pesos y algunos papeles.
La patente
Lo que María José confió durante la charla fue que alcanzó a ver la patente de la moto, color negra y de unos 200 cc.
Con ese dato en su poder, de inmediato "lo anoté en el celular que el ladrón no se llevó".
Y en la Oficina Fiscal, a donde llegó minutos más tarde, no sólo hizo la denuncia correspondiente, pero sentada del lado de las víctimas, sino que por el sistema buscaron al titular de la moto que, si bien pudo ser identificado, el mismo no coincidiría con el autor del robo. "Era una persona mucho más joven que el dueño del documento", dijo.
Ayer la mujer faltó a la Oficina Fiscal Nº 13, ubicada en la Comisaría 4º de Capital, "con justificación", oportunidad en que reconoció que "fue una sensación muy fea. Pero también hay que decir que fue una desgracia con suerte. Poco importa lo que se llevaron. A mí no me pasó nada más que el susto".
Otra "entradera"
En la noche del sábado, Miguel Ramón Reinoso, de 64 años, se encontraba en la vereda de su domicilio, sobre calle Laprida, de Ciudad, cuando dos sujetos que se bajaron de una moto lo obligaron a entrar a su casa y, después de golpearlo con la culata de un arma de fuego en la cabeza, le sustrajeron 110 pesos y una moto Brava, 110 cc., color negra (dominio 977 KCV), con la que se dieron a la fuga.
La víctima fue llevada primero a un centro asistencial para ser asistido debido a los golpes y, más tarde, denunció el robo en la Oficina Fiscal Nº 2 de Capital.
De los ladrones nada se sabe.