Por Fabián Galdi - editor de MÁS Deportes digital -
Ni siquiera hubo un encuentro cara a cara como corresponde entre sendas partes. La flamante dirigencia de la AFA se mostró sinuosa y con un grado de credibilidad escaso en su manejo de la relación vincular con Edgardo Bauza. Un modus operandi impropio de quienes deben conducir el destino del fútbol argentino desde aquí en más, en una palabra. Nada de nada. Trascendidos, versiones, frases de doble sentido y mensajes entrelíneas alimentaron la incertidumbre respecto de la continuidad o no del Patón como entrenador del seleccionado nacional. Una manera de proceder más ligada a procedimientos corporativos de operadores políticos que a dirigentes futbolísticos que se precien de tales. Un manoseo vil y una actitud ensoberbecida por el abuso de representatividad, también. Máxime con la Selección en el medio y con su cuerpo técnico ninguneado y maltratado como si sus integrantes fueran culpables de algún delito.
No salió ni saldrá bien parada la imagen de Claudio Tapia en su primera intervención como presidente de la Asociación del Fútbol Argentino. Demasiada ambigüedad en sus verbalizaciones abrió un marco de sospecha que sólo agregó confusión. La expresión "Chiqui al gobierno, Daniel al poder" ganó el centro de la escena desde hace varias semanas en el edificio ubicado en Viamonte 1366. No sólo allí, sino también a unos dos kilómetros, aproximadamente, en la casa sita en Balcarce 50. La expresión alude a las pintadas que se reprodujeron por miles en todo el país en los meses previos a las elecciones presidenciales de 1973: "Cámpora al gobierno, Perón al poder". Sólo que en este caso se intercambian los apellidos por Tapia y (Daniel) Angelici. Y queda claramente marcado que es el actual presidente de Boca Juniors quien maneja los hilos dirigenciales de fondo y no meramente de forma. Además con el agregado de su línea directa con Mauricio Macri, su amigo personal desde que éste llegó a la conducción del club xeneize.
Bauza dejó de ser la cabeza grupal del plantel albiceleste sin que nadie le explicara la causa. Nominalmente se mantiene en su cargo, pero en el plano simbólico quedó herido de muerte. Cero respaldo de los futbolistas, a excepción hecha de una declaración apurada de Lucas Pratto, tras su paso por la cancha de Lanús en ocasión del juego que Sao Paulo disputó la semana pasada contra Defensa y Justicia por la Copa Sudamericana. El delantero, convocado a la Selección por el Patón, expresó su sentimiento favorable a que éste continúe en el puesto. Sin embargo, la base que maneja al grupo - Lionel Messi a la cabeza - aún no se pronunció. Al menos, públicamente.
Ya en noviembre pasado, previo al partido por las eliminatorias frente a Paraguay - en el estadio cordobés Mario Kempes - entre los periodistas argentinos se barajaba la novedad de una falta de empatía entre el llamado club de amigos y el cuerpo técnico. De ninguna manera se citaba un eventual conflicto ni mucho menos, pero sí quedaba explícito que - además del astro de Barça - en la misma sintonía estaban Gonzalo Higuain, Sergio Kun Agüero, Ángel Di María, Sergio Chiquito Romero y también Javier Mascherano. Tras el 0-1, llegó en la siguiente mini serie la aplastante derrota ante la verde amarela de Neymar y compañía en el Mineirao. Sólo el 3-0 contra Colombia, en el Bicentenario de San Juan, le alargó la vida a la conducción albiceleste.
En el predio Julio Humberto Grondona, de Ezeiza, Bauza y Messi se encontraron para dialogar a solas durante esos días en noviembre pasado y sin que hubiera trascendido el motivo. Lo cierto es que ya para ese entonces había comenzado a fortalecerse el vínculo entre Jorge Sampaoli y la estrella del Barcelona, lo cual se hacía visible en las frases de tono admirativo que el hoy entrenador del Sevilla le prodigaba a su coterráneo rosarino. Entre las más significativas, figuraba la que señalaba: "Habría que entregarle un Balón de Oro siempre y otro para que lo disputen los demás".
En la AFA misma ya se tenía en cuenta que ese tipo de dichos englobaban un meta mensaje de alcance sencillo de comprender: el DT quería dirigir a Leo y éste no veía mal que tal situación se concretara. Inclusive, el ex técnico de Chile supo lanzar otra indirecta días atrás, cuando le comentó a la prensa española que "el contrato me vincula con el club hasta junio de 2018, aunque tiene unas aristas que me permiten salir o seguir". En ese lenguaje elíptico quedó reflejado que es sin dudas el gran candidato a suceder a Bauza si es que se efectiviza el egreso del cuerpo técnico actual.
Como antecedente basta remitirse a una nota publicada por este espacio a fines de febrero pasado:
http://www.losandes.com.ar/article/sampaoli-el-preferido-de-messi-listo-para-la-accion
¿Qué retenía hasta hoy al Patón en la Selección? Primero, el hecho de que nadie quería hacerse cargo de comunicarle directamente que el hecho de su salida es cosa juzgada. Segundo, que Bauza quiere que le respeten el contrato y que no va a renunciar. Tercero, que dada la postura firme del entrenador, en la AFA prepararon una propuesta para pagarle la indemnización en diez cuotas mensuales y consecutivas. Cuarto, que el ex técnico de San Lorenzo dejó una fortuna cuando dirigía al Sao Paulo para tomar la albiceleste y que ahora quiere percibir el premio por la clasificación al Mundial de Rusia 2018 - 450 mil dólares - si es que el cupo se logra, claro está. Quinto, que en el medio están sus colaboradores y que todos iniciarán el mismo camino del head coach, al igual que recientemente lo hicieron quienes trabajaban con Gerardo Tata Martino al reclamar una suma de 3 millones de dólares en conjunto.
Será esta semana la definitiva para sellar el destino del cuerpo técnico del equipo nacional. La firmeza del entrenador es tal que pretendía sigue presentándose en el predio afista a las 8 am para cumplir diariamente su turno de trabajo, haya o no futbolistas convocados.
Dentro de dos meses se disputará el Superclásico de las Américas contra Brasil, en Melbourne, y no queda claro en estos días quién estará al frente de la Selección. Una visita prevista de Tapia a Messi, en España, dará las señales decisivas para que las partes intervinientes blanqueen el qué, el cómo y el cuándo se resolverá este intríngulis. De hecho, la única actitud coherente en estas semanas ha sido la del propio Bauza sosteniéndose en su cargo. Los demás han navegado en la tibieza de las frases de hechas, protocolares y de ocasión. De acuerdo a los pésimos manejos de la dirigencia afista en los últimos años, ¿podía esperarse otra cosa?
