Lo que hace un par de años era una problemática que comenzaba a preocupar a los médicos en los hospitales, ahora ha podido cuantificarse para conocer su magnitud. Se estima que en Mendoza unos 700 niños nacen por año de una mamá que consumió sustancias psicoactivas, lo que afecta la salud del pequeño en lo inmediato y a largo plazo. Muchos de ellos manifiestan síndrome de abstinencia los días posteriores y por ello deben ser internados en Neonatología.
Es un cálculo que ha hecho el Ministerio de Salud: representan el 2% del total de nacimientos (33 mil) en efectores públicos de la provincia.
Oscar Sagás, subsecretario de Salud, detalló que desde el año pasado se comenzó a trabajar en poner números a la situación. Ayer, justamente, se realizó la tercera reunión de un equipo que busca generar estrategias y políticas públicas al respecto.
En el hospital Lagomaggiore, la mayor maternidad de la provincia, la proporción es superior: 7% de las pacientes embarazadas que ingresan dan positivo de alguna droga. Allí nacen unos 6 mil bebés al año, es decir que serían unos 420 casos.
Los médicos señalan que desde fines de 2015 comenzaron a encontrar estos casos y que la alarma deviene por las consecuencias inmediatas y a largo plazo irreversibles que puede tener el niño.
Lo que presentan los pequeños es un cuadro agudo que puede aparecer inmediatamente después del nacimiento o en las horas siguientes. Éste puede incluir náuseas, vómitos y convulsiones en los casos más severos. También pueden presentar irritabilidad o simplemente no tener manifestaciones.
Los médicos aclaran que no se trata necesariamente de mujeres adictas sino que un consumo esporádico también puede afectar el desarrollo del bebé.
Los consumos más habituales son de alcohol, marihuana, cocaína y benzodiazepinas (tranquilizantes que no son administrados con fines medicinales).
Seis casos por semana
En el Lagomaggiore han detectado un notorio incremento de casos y en particular en la cantidad de recién nacidos que deben quedar internados en Neonatología. Este año calculan que como mínimo se duplicará la cantidad de chicos que deban quedar internados, pero si las cosas siguen como ahora podría llegar a cuadruplicarse.
En 2017 fueron internados 120 niños que dieron positivo de alguna sustancia luego de un examen de orina. Es decir, en promedio 5 a 6 niños por mes. Actualmente se está internando a la misma cantidad pero por semana.
"La proyección para este año será de más de 200, por lo que al menos se va a duplicar", dijo Ernesto Olcese, jefe del Departamento de Perinatología del hospital. "Ha crecido la cantidad de mamás que consumen pero tiene que ver con que las hemos detectado más. Ahora hacemos prácticamente rutina la detección en orina en casos con factores de riesgo, al menos de cocaína, marihuana y benzodiazepinas que son las que se detectan más", detalló
Esto ha implicado que deba hacerse un seguimiento a más pequeños y el servicio de Neonatología se encuentre al borde de su capacidad. La internación dura unos siete días y la capacidad es de 6 niños, aunque, tomando otros espacios, han logrado incrementarlo hasta 10.
“Esto nos está complicando más en Neo”, reconoce Olcese ya que el aumento ha sido tan explosivo que van adaptándose a medida que surge la demanda: “Lo que vemos es mayor internación en el servicio pero menos bebés afectados por el síndrome, relativo a la cantidad de droga y al momento de consumo”.
La preocupante situación ha empezado a mover engranajes para paliarla. En el Lagomaggiore, cuando detectan indicadores de consumo, se realiza a la madre un análisis de orina. Hay medidas que se toman para atenuar el daño en el pequeño. La principal es que la madre no lo amamante para evitar que sigan transfiriéndose sustancias tóxicas. Para ello se le suministra un medicamento que corta la producción.
Pero además es necesario que ese niño tenga leche de fórmula para una adecuada alimentación. Para garantizarlo, el ministerio ha comprado una leche específica para neonatos que recibirán los que nazcan en estas condiciones hasta los 6 meses.
Más grave en los primeros 3 meses de gestación
Por haber estado expuesto a las drogas puede verse afectado cualquiera de los órganos del bebé, en particular si el consumo se realizó durante los primeros tres meses de gestación, detalló Ernesto Olcese.
El corazón, el sistema nervioso central y el tejido ocular son los más susceptibles. Agregó que "puede morir si desarrolla patologías congénitas que afecten un órgano vital, como una patología congénita cardíaca por la modificación en la formación del corazón".
El consumo también puede provocar desprendimiento de placenta, parto prematuro, bajo peso o muerte fetal, detalló el jefe del departamento de Toxicología, Aldo Sergio Saracco.
Por otra parte, estos niños pueden no expresar estos síntomas pero sí sufrir las consecuencias a largo plazo, que aparecen en primera instancia como inevitables, que condicionarán su desarrollo y por ende su calidad y perspectiva de vida.
Los niños pueden presentar alteraciones del desarrollo psicológico y psicomotor. Saracco destacó que afecta la plasticidad del cerebro generando diversos trastornos.