Nace un estadista

Nace un estadista

Producto del resultado electoral del 25 de octubre, se puede hacer un análisis objetivo de lo que sucedió, antes y durante el comicio.
Nace un líder, este es Mauricio Macri, que siendo un dirigente que ejecuta proyectos, sin promesas electorales, sin demagogia, hace lo que se debe hacer, siempre para mejorar la vida de los argentinos.

Esta es la definición de líder, la otra sería demagogo, oportunista, interesado solamente en ganar, mientras que al líder le interesa el bien de los demás, es decir el bien común. Pueda ser que todos acompañemos para evitar la conversión de líder a demagogo. Sostuvo siempre las mismas propuestas, sin entrar a desmenuzarlas, pero si para que se sumaran correcciones a los fines de mejorarlas.

Nace un estadista, Ernesto Sanz, que había sostenido, mucho antes de la Convención Nacional de la UCR, en Gualeguaychú (Entre Ríos), hacer una alianza, con todos los opositores al Gobierno Nacional, necesaria para crear una nueva alternativa, después de otro proyecto menor. Saben los que han seguido sus debates en el Senado de la Nación, que marcaba a sangre y fuego las desviaciones del poder y del gobierno, un verdadero opositor responsable, un defensor de la República que quiere también el bienestar general y no el personal. 
Antes y después de la Convención, marcó la necesidad de una alianza amplia aceptable por todos, para producir el cambio necesario en la conducción de los destinos de la República.

Es conocida su posición y pensamiento sobre los grandes temas nacionales, organización del Poder Judicial, el papel del parlamento, la relación con los sectores políticos, sociales, empresariales, organizaciones civiles y todo el conjunto de la sociedad para conseguir la síntesis de lo que surgen de sus palabras, más institucionalidad, respeto por la división de poderes, rendición de cuentas, intolerancia a la corrupción, menos inflación, dialogo, despertar confianza, todo tendiente a mejorar la República y la seguridad de la sociedad.

Su posición en la Convención Nacional es aceptada por  “188 delegados, sobre un total de 330 de todo el país.Tras el extenso debate, y con el resultado sellado, Sanz se retiró del teatro de la ciudad entrerriana en la que se deliberó con una fuerte custodia policial, mientras decenas de militantes de la Juventud Radical le destinaban insultos en rechazo a su postura y por haber  ‘entregado el radicalismo a la derecha’.(??).

Si bien las deliberaciones se prolongaron por casi 13 horas, el resultado final se vislumbraba desde mucho más temprano, dado que Sanz logró imponer sus posturas por sobre las del diputado nacional Julio Cobos en las primeras votaciones de la convención, en la que ambos dirigentes llegaban para dirimir fuerzas y así definir la estrategia nacional electoral del radicalismo y el candidato presidencial de cara a las primarias de agosto.

En medio de un debate por momentos caliente y cargado de 'chicanas', la primera compulsa se produjo en torno al intento de impugnación, promovido por el sector que apoyaba las posturas de Cobos, a una convencional de Corrientes. Cobos -apoyado por el senador Gerardo Morales y el diputado Ricardo Alfonsín- obtuvo 114 votos, mientras que la postura contraria, sostenida por quienes respaldaron a Sanz, alcanzó los 188 sufragios, lo que marcó la correlación de fuerzas en el encuentro desarrollado en el Teatro Gualeguaychú, que contó con la presencia de 330 convencionales de todo el país sobre un total de 337.” (ver diario Los Andes de la fecha).

A pesar de lo que significa una actividad desgastante, el estadista se impuso y hoy podemos sostener que la UCR, al calor de las elecciones mejoró su posición parlamentaria y la institucional con más gobernadores, intendentes, concejales, legisladores nacionales y provinciales, pero lo más importantes que coloca a un partido centenario en el lugar que no debió haber perdido, decano del sistema, garante de las libertades y de la república. No importan los números pero sí en esta ocasión donde nace una nueva y renovada esperanza en la Argentina, sin lastimar al partido centenario.

Ahora todos sin excepción a trabajar por los objetivos que permitirán que las nuevas generaciones mejoren su fe democrática, que nazcan nuevos estadistas, que es lo que nos hace falta.

Sanz, renunciando por anticipado a las vanidades personales, se ha colocado, en el lugar de estadista, al servicio de la Nación. ¿Qué otra cosa se puede pedir para servir a la historia?

No supo que su proyecto sería aceptado por la sociedad en su conjunto y por su partido parcialmente, pero sí estaba seguro el camino que tenía que recorrer la democracia argentina.

Ha construido con su accionar, la herramienta más revolucionaria de los últimos treinta años, un espacio auténticamente Republicano, que con la ayuda de todos lograremos consolidar una vida mejor para los argentinos.

Ahora todos juntos, por el bien y sin condicionamientos para el servicio de nuestro pueblo y la vida en democracia.
Nunca más a la corrupción, al narcotráfico, a la inflación, a la pobreza, a la desnutrición, a la mortandad infantil. Por una Argentina sin privilegios.

Carlos Le Donne

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