Todos tenemos en casa un cajón en el que hay una maraña de cables, varias pilas, algunos focos y unos cuantos aparatos electrónicos que ya no usamos. A diferencia de otros objetos del hogar, estos dispositivos no se arrojan a la basura con facilidad y hay varias razones detrás de esa decisión.
El ritmo del recambio tecnológico hogareño ha cambiado significativamente con el tiempo. El nuevo milenio trajo la consolidación de las funciones inteligentes y la conexión a internet a la par de la obsolescencia programada y la moda del descarte.
Atrás quedaron las compras relevantes de productos que se enchufan pensados para estar décadas funcionando en el hogar. Heladeras y lavarropas resisten el paso del tiempo pero no el de las tendencias innovadoras, que los renuevan constantemente con nuevas y mejores funciones.
Nada de esto sería un problema si la renovación implicara un buen manejo de los aparatos en desuso, pero no estamos en esa etapa aún. Al menos eso afirman desde WEEE Forum -sigla de Waste Electrical and Electronic Equipment Forum, que en castellano se traduce como Foro de Residuos de Equipos Eléctricos y Electrónicos- una organización que realizó un estudio para descubrir qué dispositivos son los que más se acumulan en el hogar sin volver a usarse.
El hogar como basurero
La investigación realizada por el WEEE Forum se hizo solo en Europa pero muchos de sus datos son fácilmente identificables en nuestra cultura y región porque aunque los hogares europeos tengan mejor poder adquisitivo, la tendencia de recambio tecnológico es universal.
El sondeo descubrió que cada hogar tiene, en promedio, 74 productos electrónicos entre los que hay algunos más asociados al concepto de tecnología que otros. Así se encuentran celulares, tablets y notebooks pero también secadores de pelo, planchas o focos entre otros electrodomésticos pequeños. De ese total de aparatos, la investigación descubrió que 13 se acumulan sin uso aunque 9 de ellos aún pueden seguir funcionando.
El organismo obtuvo estos datos a través de encuestas en 8.775 hogares de seis países europeos (Portugal, Países Bajos, Italia, Rumanía, Eslovenia y Reino Unido).
El dato más curioso es que los celulares no están a la cabeza del top cinco de productos abandonados y “cajoneados”. El primer puesto de aparatos acumulados en el hogar se lo llevan los pequeños productos electrónicos de consumo y accesorios, tales como auriculares y controles remotos. En segundo lugar quedaron los pequeños equipos electrodomésticos como planchas y relojes y en tercer puesto están los pequeños equipos de tecnología como discos duros externos, routers, teclados o mouse. Recién en el cuarto puesto aparecen los teléfonos móviles y el ránking lo cierran los pequeños equipos para la preparación de comidas, donde hay, por ejemplo, tostadoras, procesadores de alimentos, parrillas eléctricas, etc.
El informe aclara que estos cinco grupos se consideran acumulados por piezas. Si se considera por su peso se pasa a otra categoría en la que se incluyen heladeras o lavarropas, que superan ampliamente a los aparatos pequeños. También el listado deja afuera a las lámparas LED porque no se acumulan sino que directamente se arrojan a la basura.
Razones para acumular
Así como el estudio armó un listado de cinco grupos de dispositivos que más se acumulan en el hogar, también elaboró un ránking de los cinco motivos por los que las personas atesoran aparatos electrónicos en casa.
La primera razón es que “podría volver a usarlo en el futuro”, una respuesta que todos conocemos porque la hemos dicho más de una vez y es la que mencionó el 46% de los encuestados. En segundo lugar quedó la posibilidad de vender o regalar un aparato electrónico con 15% de las respuestas y en tercer puesto, con 13%, quedó el valor sentimental como razón para no tirar un dispositivo. El cuarto lugar fue para otra excusa conocida y es la posibilidad de que el equipo guardado tenga valor en el futuro, algo que respondió el 9%. Finalmente el quinto puesto de excusas es es el más honesto y preocupante: 7% respondió que no sabe cómo desechar un dispositivo electrónico y por eso lo guarda.
Reducir, reutilizar y reciclar
La regla de las 3 R -reducir, reutilizar y reciclar- es la acción que podría salvarnos de tanta acumulación innecesaria, especialmente en el hogar. Por eso allí se centró el Día Internacional de los Residuos Electrónicos que se celebró el viernes 14 de octubre.
Pascal Leroy, director general del WEEE Forum, afirmó en un comunicado: “Este año nos enfocamos en los pequeños desechos electrónicos porque es muy fácil que se acumulen sin usar y pasen desapercibidos en los hogares, o que se desechen. en el basurero ordinario. La gente tiende a no darse cuenta de que todos estos artículos aparentemente insignificantes tienen mucho valor y juntos a nivel global representan volúmenes masivos”.
Los números son alarmantes: de 16 mil millones de teléfonos móviles existentes en todo el mundo, 5,3 mil millones se convertirán en residuos este 2022 pero solo una pequeña fracción se desechará adecuadamente.
Magdalena Charytanowicz, integrante del Foro WEEE y responsable del Día Internacional de los Residuos Electrónicos, afirmó: “Solo en 2022, pequeños artículos eléctricos y electrónicos como teléfonos celulares, cepillos de dientes eléctricos, tostadoras y cámaras producidas en todo el mundo pesarán un total estimado de 24,5 millones de toneladas, cuatro veces el peso de la Gran Pirámide de Giza. Y estos pequeños artículos constituyen una proporción significativa del 8% de todos los desechos electrónicos que se arrojan a los contenedores de basura y, finalmente, se depositan en vertederos o se incineran”.
“Estos dispositivos ofrecen muchos recursos importantes que se pueden utilizar en la producción de nuevos dispositivos electrónicos u otros equipos, como turbinas eólicas, baterías de automóviles eléctricos o paneles solares, todos cruciales para la transición verde y digital hacia sociedades con bajas emisiones de carbono”, finalizó.
Iniciativa local, impacto global
En Mendoza varios municipios ofrecen “puntos limpios” para depositar residuos electrónicos y también hay iniciativas privadas que se dedican al tratamiento de estos desechos. Una de ellas es Reciclarg, una empresa local dedicada al reciclaje de electrónicos, transporte, reutilización y diseño sostenible de productos. Incluso cuentan con un mapa donde indican los puntos limpios donde arrojan desechos electrónicos en la provincia.
Algunas empresas incluso incentivan el reciclaje con beneficios económicos, como hace Samsung con su plan canje. La empresa recibe celulares y televisores usados como parte de pago para un nuevo dispositivo y se encarga del manejo del viejo aparato que puede ser reparado y puesto a la venta nuevamente o desarmado para utilizar varias de sus partes.
También universidades como la UTN en Mendoza reacondicionan computadoras antiguas para donarlas a zonas donde no tienen recursos para adquirirlas.
Pero fuera del ámbito académico, institucional o empresarial, hay acciones que podemos realizar como ciudadanos responsables. La primera es no comprar nuevos aparatos que no sean necesarios o si no se ha buscado un destino para los que ya no utilizaremos. La otra opción es ver qué otros usos podemos darle a algunos dispositivos viejos. Hace unos meses contábamos como un viejo en desuso se podía transformar en una cámara de seguridad o un dispositivo de voz para el hogar.