¿Por qué Bluesky ha ganado un millón de seguidores en sólo 24 horas en Estados Unidos? La respuesta no reside tanto en sus funciones como red social sino en la decepción que provoca otra: X, de Elon Musk.
Bluesky se alza en el panorama como la alternativa menos tóxica de la red social X, que ha perdido muchos seguidores en el último mes, especialmente desde que el electo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que Musk formará parte de su gobierno.
¿Qué es Bluesky Social?
Es una plataforma de microblogging similar a X. Es decir, una red social donde se puede compartir mensajes breves acompañados de contenido multimedia.
Sin embargo, su punto más fuerte es que es una plataforma descentralizada diseñada para ofrecer una alternativa más abierta y controlada por los usuarios. Esto significa que en vez de estar en manos de una persona o empresa, como sucede en X o en Facebook, el control lo ejerce el usuario.
Bluesky utiliza el Authenticated Transfer Protocol (AT Protocol), que es como un “lenguaje” para que diferentes aplicaciones de redes sociales puedan hablar entre sí de manera descentralizada.
En su formato es casi una copia de X aunque sin el atosigamiento para pagar una suscripción. Además de hacer publicaciones, permite responder, repostear y dar ‘me gusta’ a las publicaciones.
Las diferencias son que permite armar un “paquete de inicio” donde un usuario puede presentarse a otros con una pequeña descripción y compartiendo algunas de las cuentas que sigue. También es explícita sobre cómo entrenar al algoritmo que posee para que el contenido que aparezca sea exactamente lo que queremos ver.
Bluesky fue lanzada en 2021 como proyecto independiente y experimental del entonces Twitter. Para cuando Musk compra esa red social en 2022, Bluesky ya era una emprendimiento separado e independiente.
Desde entonces se podía acceder solo por invitación hasta que en febrero de este año se abrió al público en general.
Migración y polémica
Bluesky crece por varias razones, y muchas parecen ser ideológicas. La principal -y más fuerte- es no tener que ser bombardeado por las opiniones de Elon Musk, el magnate sudafricano -que también es dueño de Tesla- que utilizó X para hacer una intensa campaña a favor de Donald Trump.
La otra razón es irse a una red social más parecida al viejo y querido Twitter. Incluso el creador de Bluesky es Jack Dorsey, el cofundador y ex CEO de Twitter.
Bluesky actualmente cuenta con 16 millones de usuarios, un crecimiento muy fuerte para una plataforma que contaba con 10 millones a mediados de septiembre.
Incluso el viernes la plataforma compartía el siguiente mensaje: “¡Es oficial, 1.000.000 de personas se han unido a Bluesky en solo el último día! ¡Bienvenidos y gracias por estar aquí”. El posteo se podía ver en su propia plataforma pero también en la cuenta que tienen en X.
it's official — 1,000,000 people have joined Bluesky in just the last day!!! welcome and thank you for being here 🥳
— Bluesky (@bsky.app) 14 de noviembre de 2024, 21:53
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Aunque Bluesky celebra, X sigue siendo fuerte y popular. El propio Elon Musk difundió algunos datos que sostienen la fortaleza de su app. Afirmó que X había “dominado la conversación global sobre las elecciones en Estados Unidos” y eso había marcado nuevos récords. Según se difundió, X registró un aumento de 15,5% en las inscripciones de usuarios nuevos el día de las elecciones y consiguió un récord de 942 millones de publicaciones en todo el mundo.
Por su parte Bluesky también difundió algunos números que, aunque son más humildes, revelan la naturaleza de sus usuarios. Así, por ejemplo, señalan que consiguieron 2,6 millones de usuarios nuevos cuando Brasil vetó a X en agosto, de los cuales 85% eran de Sudamérica. También sumaron otro medio millón más de usuarios cuando X anunció que aunque se hubiera bloqueado a un usuario igualmente se podrían ver sus publicaciones.
Sin embargo, Bluesky no dominó la conversación hasta que Trump ganó las elecciones. Allí fue cuando más seguidores sumó y se fortaleció cuando el medio inglés The Guardian y el diario La Vanguardia, de España, anunciaron que abandonaban X por ser “demasiado tóxica” y compartirían su información en Bluesky.
La denunciada toxicidad de X radica en que desde la llegada de Elon Musk se restablecieron las cuentas vetadas de movimientos de ultraderecha y se eliminaron filtros que defendían la información verificada sobre temas como salud, género o noticias.
Bluesky no tiene anuncios y al no contar con un modelo de negocio por ahora no obtiene ganancias.
Como en cualquiera luna de miel, por ahora todo es paz, amor y humor en Bluesky. Sin embargo, nadie sabe cuánto durará su filosofía antes de traicionar sus propios principios como hicieron otras redes sociales para poder sobrevivir.
Cómo abrir una cuenta en Bluesky
Existe una app gratuita tanto para Android como para iOS y también está el sitio web bsky.app. Allí hay que proporcionar un correo, armar una contraseña y elegir un nombre de usuario. Luego de verificar la identidad, la plataforma pide dar algunos “Me gusta” a publicaciones al azar para determinar las preferencias del usuario y saber qué mostrarle.
Por ahora no hay anuncios y es totalmente gratuita.
No sos vos, soy yo
Divulgar discursos de odio disfrazados de libertad de expresión es la peor característica de X.
Abrí mi cuenta en marzo del 2009 cuando se llamaba Twitter y, como la mayoría, no sabía para qué servía pero sentía que había que estar allí. Hoy, 15 años después, la incertidumbre sigue, aunque invertida. Ya sé para qué sirve la red social pero no sé muy bien qué hago allí.
Twitter nunca fue una plataforma perfecta pero al menos intentó serlo, aunque fuera a los porrazos. En cambio X es exactamente lo que quiere ser y allí creo que radica su problema. La plataforma ya no busca ser un espacio de debate con diversidad de expresiones, sino un pseudo medio de comunicación para amplificar ideas de la ultraderecha. No digo que eso esté mal, solo creo que no es correcto.
¿Por qué me quejo pero no me voy? Porque como periodista debo estar para saber cómo evolucionará. Pero más de una vez al día al entrar a X suena en mi cabeza la voz de Nora de Musicardi, el personaje de Betiana Blum en Esperando la Carroza, cuando dice: “Ah, no, no, no! Yo me voy! Thank you very much... Un día así, yo no paso…”.
