La pandemia nos forzó a alejarnos de familiares y amigos pero nuestra conexión a internet en casa nos ayudó a mantenernos virtualmente cercanos. En este contexto, el módem WiFi se transformó en nuestro mejor amigo aunque, como en cualquier convivencia, han surgido algunos roces.
Conexión lenta, cortes intermitentes o funcionamiento irregular en algunos dispositivos hacen que nuestra internet no fluya como nos gustaría y nos asalta la duda ¿es un problema del proveedor del servicio, mi compu es vieja y no se conecta correctamente o nuestro módem no anda bien?
Antes de llamar al servicio técnico y descargar nuestra ira con la persona del otro lado de la línea hay algunas pruebas caseras que podemos hacer nosotros mismos para ahorrar tiempo y disgustos.
¿Falla el módem o el dispositivo?
A veces nuestra computadora se niega a navegar o conectarse a internet y es el momento en el que debemos averiguar si el problema es de la PC o del WiFi. Para saberlo rápidamente, la opción es conectar otro dispositivo a la misma red y si el segundo funciona bien y navega por internet el problema está en la computadora -o el dispositivo que haya fallado- cuando intentabas utilizarla. Revisarlo o reiniciarlo puede solucionar el problema.
En cambio si el segundo dispositivo tampoco logra conectarse entonces tenemos claramente un problema con el módem.
Obvio pero efectivo
Apagar y prender módem suena como el consejo más obvio del mundo pero a su vez es el más efectivo. En este caso basta con apagar el módem, esperar 30 segundos y volver a encenderlo.
Si después de esto las fallas continúan hay más alternativas. Una de ellas es hacer una prueba utilizando un cable RJ-45, que es uno amarillo que viene en la caja donde venía módem y que es similar al que utilizábamos para conectarnos hace mucho cuando no teníamos WiFi en casa. Este cable hay que enchufarlo al módem y después a una computadora y ver si hay conexión. Si se puede navegar con el cable conectado pero no con WiFi entonces hay que revisar la configuración del módem. En este punto debemos aclarar que esa configuración varía según marca y modelo. Lo mejor en este caso es mirar esos detalles en la web del fabricante o buscar un tutorial en Google o en YouTube.
Sabemos lo que deben estar pensando ¿si no anda internet cómo voy a buscar un tutorial? Se puede usar los datos móviles del teléfono, llamar a un amigo o pedirle prestada la conexión al vecino.
Soluciones extremas
Hay otra vía más arriesgada pero posible para forzar a que nuestro módem se conecte a internet: hacer un reinicio de fábrica. ¿Qué significa esto? Que debemos hacer que el módem vuelva a su configuración inicial. Para eso hay que buscar un orificio pequeñito en la parte posterior del dispositivo y meter allí una aguja, alfiler o cualquier objeto que sirva para presionar el botón interno. Para este reseteo hay que mantenerlo pulsado unos segundos y las luces del módem indicarán cuando se reinicie y podamos dejar de presionar. Luego hay que conectar un dispositivo ingresando los datos de usuario y contraseña que están en la etiqueta en la base del módem.
Si esto tampoco resulta entonces será hora de llamar al servicio técnico e informar con resignación que nuestro módem no funciona. Allí nos informarán si efectivamente hay un problema con el módem o si se trata de una falla en el servicio. Si el que necesita reparación es el módem, lo más probable será que debamos armarnos de paciencia y esperar que el personal profesional aparezca un día por nuestra domicilio para arreglarlo o reemplazarlo.
¿Tengo toda la velocidad de internet que pago?
Esta duda siempre la resuelve la intuición y la experiencia diaria con una respuesta casi unificada: no. Vivimos en la constante certeza de que nunca tenemos la cantidad de megas que estamos pagando y quizá no estemos tan equivocados.
Las empresas al promocionar un servicio de internet ofrecen cierta cantidad de megas de conexión que pueden ser reales pero bajo ciertas condiciones. Podemos tener 6, 12 o 30 megas de conexión -depende del que hayamos elegido- pero serán reales si tenemos un sólo dispositivo conectado a través de cable al módem. Ese escenario es ideal pero poco probable. En un hogar hay al menos una computadora y smartphone y en un entorno familiar los dispositivos se multiplican por cada miembro. Si se suman equipos de sonido, impresoras, luces o consolas de videojuegos la red se satura y desconectar equipos aparece como una solución rápida hasta pagar por una mejor conexión.
Cómo medir los megas de internet en el hogar
Para evacuar dudas hay varias herramientas que ayudan a saber cuánta internet tenemos disponibles y cuántos dispositivos están conectados a una red al mismo tiempo.
Para medir velocidad podemos usar sitios web en la compu o apps en teléfono como SpeedTest-que es una de las más populares-, Fast.com o Test-velocidad.com. Esos servicios son gratuitos y por eso debemos soportar que tengan publicidad. Sin embargo nos dan info valiosa como quién es nuestro proveedor, la dirección IP que nos identifica, quiénes están conectados a nuestra red. Pero el principal servicio es informarnos el PING, que es la velocidad de respuesta de la conexión, además de la velocidad de descarga y también de subida de datos a la red. Al finalizar nos entrega el número de megas disponibles y comprobaremos que tan lejos o cerca estamos de lo que nos prometieron y estamos pagando.