Las tendencias y el marketing tientan al consumidor a la hora de comprar un celular nuevo. El problema es que el deseo cómo única motivación es un mal factor para elegir el modelo adecuado.
El mercado argentino -a pesar de la crisis y la inflación- tiene una variedad muy amplía de precios, marcas, modelos, especificaciones y diseños que confunden a más de un consumidor.
Hay errores de los que se puede aprender y consejos a tener en cuenta para hacer una compra inteligente.
Error 1: estar poco informado
Este es el principal pecado que cometen los compradores inexpertos. Es fundamental tener claro que las especificaciones de un teléfono harán variar su precio y funcionamiento.
La mejor forma de evitar equivocaciones es aprender algunos conceptos básicos. Un buen ejemplo es saber la diferencia entre memoria RAM y almacenamiento. La primera es la que almacena los procesos mientras usamos el celular y la segunda es la que guarda el contenido que deseamos conservar, como fotos, videos o archivos.
Lo mínimo indispensable en estos tiempos de uso excesivo es comprar con 4GB de RAM y lo ideal es 8GB.
Para el almacenamiento lo recomendable es 128GB de memoria y se evitará el cartel de falta de espacio.
Saber de baterías también suma. Una de 4.000 mAh garantiza un buen rendimiento pero su duración está atada a las tareas que le pidamos al teléfono. Los usuarios más exigentes deberán buscar un teléfono con una batería más potente.
También hay modelos mejores que otros pero lo que garantiza que todo funcione bien son los componentes. Por ejemplo, una marca más reconocida puede ofrecer por el mismo precio un equipo más lento que otra simplemente porque sus componentes pueden ser de capacidad inferior pero rara vez son de mala calidad.
Los extras también suman pero no siempre son necesarios. Funciones como NFC, carga rápida o inalámbrica, o tasa de refresco de pantalla a 120 mhz son muy útiles, pero no para todos. Si no se usa para videojuegos o pagos sin contacto -aunque sí es útil para cargar y pagar la tarjeta SUBE- esos servicios se pueden obviar.
También es importante saber que hay marcas que ya no incluyen el cargador en la caja -como Apple o Samsung- pero otras sí, como Motorola. Esto marca un gasto o un ahorro dependiendo de lo que se elija.
Error 2: privilegiar diseño por sobre funciones
Hay celulares que son una belleza pero un error común es tentarse por la forma y no por el contenido.
No decimos que el diseño no sea importante porque es una parte indiscutible a la hora de renovar el celular. Un diseño adecuado no sólo aportará “belleza” sino practicidad si es de tamaño adecuado para bolsillos o carteras.
Sin embargo, el marketing muchas veces se enfoca demasiado en el aspecto exterior y el consumidor se distrae de lo realmente importante: que funcione para lo que necesitamos.
Hay factores que harán que cierta estética se pierda en el camino entre lo exhibido y lo que tendremos en mano. Será el mismo equipo, sí, pero lo más probable es que pongamos una funda -de las que hay también infinidad de modelos y calidades - para protegerlo, algo que ayuda a alargar su vida útil pero que también oculta colores, materiales de construcción y formas originales del equipo.
Para los que quieren usarlo sin protección es necesario tener en cuenta la calidad y resistencia del material. Los cristales traseros son cada vez más resistentes pero más frágiles que otros materiales y muchos pierden su brillo porque se le marcan nuestras huellas.
El plástico, menos elegante y más rústico, es más duradero pero poco tentador. Por suerte a mitad de camino en el último tiempo se lanzaron celulares de ecocuero, que ofrecen buenas terminaciones, cómodos al tacto y resistencia a golpes y caídas.
Error 3: renovar sólo porque salió un modelo nuevo
Si hay algo que una marca valora es la fidelidad de un cliente. Sin embargo, muchos fabricantes actualmente señalan que no es necesario dar el salto a un nuevo modelo si se tiene uno del año anterior.
Las marcas renuevan celulares una vez al año como mínimo y en cada presentación se lanzan varios modelos. Por lo general, mucho de lo que ofrece un smartphone premium un año, al siguiente puede ser parte de un equipo más económico.
O sea que si un usuario compró un buen equipo, tiene al menos unos cuatro años de vida útil antes de tener necesidad real de cambiarlo. Todo varía según el uso, pero el consumidor que solo usó su celular para conectarse a redes sociales, WhatsApp y hacer fotos, tendrá equipo para rato.
¿Quiénes deben dar un salto a un modelo nuevo? Aquellos que tengan un celular viejo, roto o busquen un modelo superior al que tienen. Si el equipo que tenemos funciona correctamente, aun sigue actualizando su software y la batería aguanta un día no hay necesidad de hacer un cambio.
Error 4: no aprovechar ventajas
Este error puede ser involuntario porque las ofertas que aparecen con los lanzamientos o en ocasiones especiales como CyberMonday o Hot Sale nos pueden hacer creer que estamos aprovechando los beneficios. Sin duda son ventajas significativas pero no las únicas.
La fabricación nacional mantiene un beneficio muy útil en marcas como Samsung, Motorola o Xiaomi, que es la posibilidad de comprar en cuotas sin interés. Por lo general en sus propias tiendas online ofrecen financiamiento y no siempre está ligado a nuevos lanzamientos.
También funciona todo el año el plan canje, que es la posibilidad de entregar un celular usado como parte de pago para uno nuevo. Samsung, por ejemplo, acepta hasta dos equipos incluso con pantalla rota. Por pequeño que sea el ahorro se puede conseguir un nuevo smartphone entre 10% y 40% más barato que el precio original.
Otra ventaja es pensar en la reventa. Algunos equipos -especialmente los iPhone- tienen un gran valor como equipos usados. Si es usuario profesional y se invierte en un smartphone de alta gama, puede revenderse a buen precio para comprar uno nuevo.
El mejor consejo
Tener claro para qué se usa el celular es la clave para saber cómo comprar uno adecuado. Aunque parezca obvio, muchos usuarios no evalúan su actividad diaria y la tentación de comprar los modelos de moda, los de alta gama o lo más “bonitos” los lleva a hacer un gasto innecesario.
Mitos y verdades sobre compras de segunda mano
Cuando no alcanza para un celular nuevo, hay opciones en el mercado que permiten obtener teléfonos a buen precio, aunque hay varios mitos que generan miedo.
-Usado es igual a robado: esto no siempre es así. Aunque sí existe un mercado ilegal, hay en cambio casas de productos electrónicos que ofrecen celulares de segunda mano que compraron a dueños originales y los acondicionan para la venta.
-No tienen garantía: esto no es cierto. Muchos teléfonos de segunda mano se reacondicionan para su venta y esto les renueva la garantía. En muchos casos son equipos reparados o reciclados que se compraron a las marcas originales.
-Son todos reacondicionados: esta es una verdad a medias. Un celular reacondicionado es el que necesito alguna reparación para volver a ser vendido. En cambio en el mercado oficial hay usados que están en buen estado y se entregaron por poco uso o porque el dueño original compró uno más nuevo.
-Ayudan al medioambiente: esto es verdad si se usan y se cuidan en condiciones óptimas. La economía circular de celulares tiene un impacto ambiental significativo ya que el sector tecnológico es responsable del 1,6% de las emisiones globales de carbono a la atmósfera, según BCG. Muchas marcas fomentan el canje a la hora de comprar porque tienen las herramientas para aprovechar lo que sirve y dar tratamiento adecuado a lo que no.