“Seamos sabios como el silencio, fuertes como el viento y útiles como la luz”. Esta frase de “Abdul Baha” profeta fundador del bahaísmo, sintetiza casi a la perfección el triunfo del Deportivo Maipú en calidad de visitante ante 9 de Julio de Morteros.
¿Por qué? Y porque apareció el “Pampero” Coria. El iluminado. Distinto. Rebelde. El que genera amor. El que genera rabia. Sólo en cuestiones de segundos.
Sin dudas, que el debut y el empate en el clásico hace una semana no cayó bien en el seno del plantel Cruzado. Maipú estaba obligado a ganarle al Celeste. Y así se lo tomaron sus jugadores.
Por ello, nadie quedó conforme. Había que ir a buscar a Morteros esos dos puntos que se habían escapado. Pero, durante la última semana, el DT Andrés Villafañe metió mano en el equipo y sacó del once titular a Sebastián Coria, apellido más que importante en la historia del Deportivo Maipú.
Sin embargo, el “Pampero”, lejos de los micrófonos (y eso que los tiene a su disposición siempre), trabajó en silencio, esperó su oportunidad, sopló fuerte y le dio una fuente de luz a este plantel Cruzado que se trajo tres puntos de oro de la localidad cordobesa.
Como los sabios, esos viejos zorros de la categoría. Así jugó Maipú, que aprovechó cada oportunidad que generó e hizo temblar el arco del dueño de casa. Como todo partido de visitante, tuvo sus momentos de sufrimiento pero nunca perdió la calma.
Tuvo la facultad para cerrarse bien atrás y golpear en el momento justo. En el mejor momento de 9 de Julio, Montaña recuperó un balón, se asoció con Sacripanti y apareció el Pampero (había entrado por el lesionado Morán en el PT) quién, con un sablazo magistral, perforó el arco de Ruffini. Golazo. ¡Y triunfo Botellero!, equipo que ‘sopló’ muy fuerte.
