Al menos desde la perspectiva del espectador contemporáneo, las películas silentes pueden todavía inspirar una sensación de extrañamiento y desconcierto. Tienen algo de inquietante, de misterioso. Parecen de algún modo mágicas y supersticiosas. Recordemos que en realidad estas cintas al momento de proyectarse nunca fueron mudas totalmente ya que viajaban acompañadas con su partitura e instrucciones para que la banda o el pianista de los odeones musicalizaran en vivo.
Pero no estamos hablando ahora de aquellos largometrajes pioneros, estamos mirando 50 años atrás, a la Nueva York de la década de 1960, en pleno apogeo del movimiento Pop Art que tenía a Andy Warhol (1928-1987) como su máximo representante.
Ver con la mirada contemporánea aquellas primeras obras en total silencio, en su rústico y estático relato original en blanco y negro, tal como fueron concebidas la misma "Kiss", "Eat", "Empire", "Blow Job", se vuelve una experiencia fantasmal, surrealista, como si el audio pareciera reclamar casi a gritos el lugar que le exige a la imagen con la misma fuerza estrujadora de aquellos gritos trágicos que 86 años después nos continúa reclamando María Falconetti justo antes de que Carl Dreyer le prendiera fuego a su Juana de Arco.
A veinte años de que John Cale hiciera algo parecido, es decir, componerle música a dos cintas mudas de Warhol (en su álbum de culto "Eat/Kiss: Music for the Films by Andy Warhol"), el ensamble de vocalistas formado por Luz Casares, Eliana Drajer, Gisela Levin, Yamila Chelar y Cecilia Salinas, las "Solistas no tan solas", han querido replicar la misma idea de Cale pero con sus propios temas, para que volvamos a disfrutar de aquellos once besos en primer plano sincronizados ahora con nuevos cantos, con nuevos instrumentos y se resignifique las imágenes que nos dejó como herencia la cámara de 16 mm de Andy (esta noche a las 22.30 en Cine Universidad).
En modo itinerante
"Solistas no tan solas" es un proyecto itinerante que cubre varias capitales del país. Propone desde hace algunos años el armado de distintos ensambles de cantautoras independientes para compartir un mismo escenario. Funciona con el espíritu de una cooperativa en permanente movimiento y retroalimentación.
En la sección local, algunas integrantes permanecen estables y otras se van integrando en distintos programas.
Una de las protagonistas de esta noche, Cecilia Salinas, detalló: "Cuando nos juntamos por primera vez con Fede Cardone - productor del Ciclo Suena - nos acordamos de varias películas como la impresionista "Berlín, sinfonía de una ciudad" de Walter Ruttmann; algunas de Buñuel, de Alexander Sokurov aunque le conté que hace unos años había encontrado en una tienda de electrodomésticos una reedición en CD de "Eat/Kiss: Music for the Films by Andy Warhol", con una foto de filtro verde de uno de los besos de la película en la tapa. En ese tiempo estaba escuchando mucho a la Velvet, a Lou Reed, así que fue como una señal acordarme de este momento".
Y manos a la obra. Muchas solistas
socias estaban repartidas en giras o ensimismadas en sus proyectos de grabación pero otras estaban cerca de la provincia, como la sureña Luz Casares que venía de tocar en San Luis y se sumaron Eliana Drajer, la batera de Las hijas de Joplin Gisela Levin y Yamila Chelar.
A diferencia de otras versiones, a este nuevo ensamble especialmente reunido para la película de Warhol se le ocurrió romper esquemas. "Queríamos cantar canciones propias, pero también componer, crear un set de sonidos. Gisela incluso creó una base electrónica que como un leitmotiv se reitera y recicla como navegando entre los demás sonidos", describió Cecilia.
Para musicalizar las once secuencias de besos; la más corta de 1.15 minutos y la más extensa de 7.33, se preparó un guión ligero aunque las cinco participantes verán por primera vez la película entera recién esta noche.
"Algunas vimos la película, otras no, pero se trabajó obviamente con las imágenes como inspiración, viendo a veces de forma separada estos besos. En el filme hay besos exageradamente teatrales, otros tiernos, otros muy apasionados, otros decididamente ambiguos sexualmente. Y si uno toma distancia incluso se podría interpretar un sentido plástico, una coherencia interna que se transmite en la elección de los planos, en la duración de cada encuentro, en los gestos de cada pareja", admitió Salinas, también integrante de la banda Las hijas de Joplin.
El resultado sonoro tras dos semanas intensas de ensayos se desliza hacia una atmósfera minimalista, con el aditamento de la batería y esa base electro acústica envolvente, como en trance casi psicótico, combinado por estallidos bien rockeros. Más allá de los instrumentos, también hay canciones en español, silencios, zapadas de percusión y poemas de Eliana Drajer, incluso un violín inquieto, en manos de Manik, de la big band Bigote y el riff explosivo de Ana Jezowoicz, la violera de Las hijas de Janis, dos de los invitados especiales.
El concierto-proyección además se complementará en los pasillos del cine con la exposición de Mariana Baizán con su serie de dibujos llamada "Besos, catrinas y otras lenguas", de 2012, rearmada con el tamaño y la estética de los afiches de cine.
El cine del rey del pop art
El prolífico artista pop produjo y dirigió más de 70 películas entre 1963 y 1968. "Kiss" fue una de ellas.
La cinta de 54 minutos, muda, rodada en 16 mm, fue su cuarta locura estética de las ocho que rodó ese año y se la conoció como "la serie kiss", porque se estrenó a partir de agosto, un beso por semana en la sala neoyorquina Grammercy Arts Theater.
El filme que muestra a varias parejas de distintas orientaciones sexuales besándose en primer plano, podía interpretarse como una provocación al despreciado código de censura cinematográfica estadounidense, conocido como "Código Hays", creado en 1934 y que todavía estaba vigente en el momento del rodaje, aunque sólo hasta 1967.
Es que una de las reglas del "Código Hays" fue precisamente la prohibición de besarse en los labios en pantalla por más de tres segundos. Las escenas que duraran más que eso eran consideradas inmorales e ilegales y terminaban retaceadas en la edición final.
A su vez, esta serie de películas estáticas que rodó Warhol por esos meses, como "Eat", la misma "Kiss" y "Sleep" fueron inspiradas en la obra musical "Trio for Strings" del compositor minimalista La Monte Young, una obra que Warhol fue a ver en vivo el día de su estreno y que le provocara un cambio de rumbo en la forma de hacer cine.
De hecho, para la música de "Sleep" (donde se lo ve al poeta John Giorno dormir desnudo durante seis horas en un solo plano), Andy contrató al mismo Young, creando así una atractiva simbiosis audiovisual.
Durante el estreno del serial "Kiss" que se extendió durante el último cuatrimestre de 1963, Warhol también produjo una famosa serigrafía llamada "The Kiss", basada en el clásico de terror "Drácula" de 1931, donde se lo ve a Bela Lugosi mordiendo el cuello de su co-protagonista Helen Chandler.
"Kiss" fue una de las primeras películas que Warhol dirigió en su taller neoyorquino conocido como "The Factory"
Cabe hacer un salto en el tiempo. En 1995, el compositor multiinstrumental, ex The Velvet Underground John Cale, banda ligada a "The Factory", grabó el álbum "Eat/Kiss: Music for the Films by Andy Warhol", una manera de homenajear con sonidos a estas dos películas mudas de Andy.
La ficha
Ciclo: Ciclo Suena.
Proyección del filme "Kiss" de Andy Warhol, con musicalización de las "Solistas no tan solas".
En: Cine Universidad (Lavalle 77).
Hora: 22.30.
Día: hoy.
Integrantes: Luz Casares, Eliana Drajer, Gisela Levin, Yamila Chelar, Cecilia Salinas. Invitados: Manik y Ana Jezowoicz. Entrada general: 40 pesos.