Música clásica y otras delicias sonoras con B de Brahms

La Orquesta Filarmónica de Mendoza interpretará la última sinfonía del compositor, por quien Jorge Luis Borges sentía una admiración profunda. También debutará el cellista José Luis di Marco.

Música clásica y otras delicias sonoras con B de Brahms

Quizás esta hipótesis (pura curiosidad) lo motive para animarse a un concierto esta noche: Borges lo habría acompañado de buena gana.

Es que, aunque casi nada se sabe de la relación del escritor (que hace tres días habría cumplido 117 años) con la música clásica, hay un nombre que rezuma de todo ese misterio: la admiración que profesaba por el compositor alemán Johannes Brahms (1833-1897), que usted podrá conocer hoy mismo en una de sus piezas más personales e impactantes, la Sinfonía N°4.

Y no solo una admiración.  Dicen que había una simpatía hasta metafísica entre ellos: Lo nombró, lo homenajeó, lo refirió explícita y secretamente en varias obras y entrevistas. “Tuyo es el río que huye y que perdura”, le confesó en el último verso de un poema dedicado, y años antes ya había titulado a uno de sus relatos como una obra suya,  “Deutsche Requiem” (“Requiem alemán”).

¿Y quién fue Brahms, más allá de esta anécdota? Pasó a la historia como un conservador que quiso refrescar las formas clásicas y transmutarlas en el impulso del romanticismo de la época. Es por eso que, en el epicentro donde ya se estaban cuestionando los principios de la tonalidad y las formas, con Wagner y su suegro Liszt a la cabeza, prefirió pararse del otro lado, en un puente invisible que lo unía a la tradición de Beethoven y los “clásicos”.

Y no pasó mucho para que el eslogan naciera: El director de orquesta Hans von Bülow (toda una celebridad de la época) declaró que su amigo Brahms era la tercera “B”, después de Bach y Beethoven. Aunque hay verdad en esta trinidad,  algunos piensan que lo hizo de puro despecho: La hija de Liszt lo había abandonado para casarse con el propio Wagner, quien estaba destinado a representar la ruptura y la evolución de la música.

La cuarta sinfonía es un paradigma del estilo brahmsiano. A lo largo de ella las emociones circulan desde la calma a lo jocoso. Desde la tragedia inicial hasta el último movimiento, donde toma la forma de la “chacona” (un género de la música barroca) y le lava la cara, desplegándola en una impresionante arquitectura orquestal: escribió 31 variaciones distintas de un mismo tema.

El debut tan esperado

Antes de este obra, se interpretará la obertura de la ópera “Tannhäuser” de Richard Wagner y el cellista José Luis di Marco debutará como solista con la orquesta, con el concierto para cello de Édouard Lalo.

Formado en la Escuela de Música de la UNCuyo, su nombre muchos ya lo conocemos: además de formar parte de esta orquesta y de haber participado del Coro Universitario de Mendoza hasta el 2013, recordemos que forma parte de distintos ensambles, manteniendo viva la escena académica local con el Violetta Club, Zeffiro y el cuarteto de cuerda Cruz del Sur, que actuará mañana cerrando el ciclo de Música de Cámara que se realiza en el Museo de la Educación (ex Escuela Mitre).

Ficha

Orquesta Filarmónica de Mendoza, dirigida por Gustavo Fontana
Solista:
José Luis di Marco (cello)
Programa: obertura de "Tannhäuser" (Richard Wagner), "Concierto para violonchelo y orquesta en Re menor" (Édouard Lalo) y Sinfonía N°4 (Johannes Brahms). 
Fecha y hora: Hoy, a las 21.30
Lugar: Teatro Independencia (Chile y Espejo)
Entrada: $100, estudiantes y jubilados $60

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