Jorge Sosa - Especial para Los Andes
En estos últimos tiempos estoy en proponedor, qué se yo, se me ocurren ideas que tienen que ver con los menducos y como estamos entre menducos y entre amigos las propongo. Una vez, ya hace alguno añitos de esto, fui a visitar el depósito de trajes vendimiales, que estaba, no sé si seguirá estando, en una dependencia de la Subsecretaría de Turismo de la calle San Martín.
Me quedé maravillado con la existencia: miles y miles de trajes se guardaban ahí. Olían a vendimias pasadas pero se les notaba en la tela que no perdían la esperanza de servir otra vez, en vendimias futuras. Había vestimentas de cosechadores, de gauchos, de chinas, de payasos, de ángel, de soles, de nieve, de animales, de olas, de viento, de lo que pidieras.
Me dije entonces: ¿Por qué no hacer un museo de la Fiesta? Si la Fiesta de la Vendimia es uno de nuestros grandes atractivos turísticos, tal vez el más grande, tener un lugar donde se cuente la historia de ese acontecimiento único sería tener un lugar con mucho atractivo, y seguramente, con muchas visitas.
Imaginemos, en tren de imaginar nomás, que se mostraran en la casa: los trajes descriptos, las maquetas de todos los escenarios realizados, fotografías que documenten la trayectoria de la fiesta (desde sus comienzos a la actualidad), los libretos que fueron escritos a propósito, un espacio interactivo para que se puedan ver filmaciones de pasajes o fiestas enteras si lo quieren, imágenes del carrusel, galería de reinas, las canciones que fueron creadas especialmente para los espectáculos.
Me parece que tendríamos contenidos muy atractivos, más que interesantes, para llenar un lugar que estaría bien ligado a nuestros sentimientos y a nuestra cultura. Agréguele un anecdotario de vendimia, entrevistas realizadas, libros que hablen del evento, afiches, folletería…¡Puf! Sobra material, che.
Además, bien podría ser ese museo la “Casa de la Reina”, y que ella sea la anfitriona permanente, para que reciba, atienda, explique, se muestre, cuente, ayudada por las reinas anteriores, en momentos de gala vestida con sus atributos de reina, ¿por qué no?
Además podría funcionar como una peña permanente donde los participantes de la fiesta (las fiestas), actores y bailarines puedan demostrar sus aptitudes en escenarios chicos y donde turistas y mendocinos podamos escuchar las buenas canciones de la cosecha. Un lugar de exhibición permanente que en cualquier época del año reviva el espíritu vendimial y lo muestre a todos aquellos que vienen a Mendoza, pensando que aquí, y no en otro lugar, se hace la Fiesta Nacional de la Vendimia.
Es una propuesta, tal vez ustedes con vuestra experiencia y conocimientos, con vuestras ocurrencias y deseos, puedan perfeccionar la idea. Porque entre todos podemos darle forma definitiva a esta idea que tiende a extender el espíritu vendimial con absoluta permanencia.
El material está pero está desparramado como trote de vaca, haría falta un lugar, (no ha de ser muy difícil conseguirlo), y el ánimo de ponerse a juntar, a seleccionar y a exhibir. Sería una forma de que un acontecimiento tan importante que sucede en el lapso mínimo de tres días, se extienda por todo el año. De esta manera no sonará el “Canto a Mendoza” durante dos meses como ocurre. “A Luján, las Heras, Rivadavia y Tunuyán…” ¿Quién le dice? En una de esas…