Murió tras inyectarse siliconas en sus glúteos

Se trata de una persona travesti, oriunda del Chaco, que falleció a causa de una embolia pulmonar.

Murió tras inyectarse siliconas en sus glúteos

El sábado por la noche, Cecilia Báez se estaba inyectando por su cuenta siliconas en los glúteos cuando se descompensó y debió ser trasladada por unas amigas al hospital provincial José Penna de Bahía Blanca.

Allí falleció horas después. "La causa de la muerte fue una embolia pulmonar", explicó el subcomisario Gustavo Ceballos, sub jefe de la seccional tercera de policía. Confirmó que en el lugar donde se estaba haciendo la práctica, una humilde vivienda del barrio Spurr en las afueras de la ciudad, no había ningún médico. La víctima, una mujer trans, sólo estaba con unas amigas.

Báez, cuyo nombre legal según lo difundió la policía era Orlando Barboza, tenía 35 años y había llegado desde la provincia del Chaco para radicarse en Bahía Blanca.

Hace poco más de dos años se mudó a Viedma, pero regresó al poco tiempo. Carolina Martínez, miembro de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTA), no era su amiga pero tenía un trato habitual con ella. Atribuyó la tragedia a la falta de apoyo público para realizarse los implantes.

"Hay que terminar con estas prácticas ilegales y con las infiltraciones de silicona líquida que tarde o temprano se pagan muy caro. El Estado debería hacerse cargo de estas operaciones". Y agregó que pese a la vigencia de la ley de identidad, que les permite tener su documento con el nombre que eligieron, las personas trans todavía no tienen un acceso pleno e integral a la cobertura de salud. En este caso, trascendió que el líquido que se estaba inyectando Báez, que se denomina aceite de avión, le habría afectado una arteria.

"Es una práctica muy riesgosa porque se coloca entre la dermis y la epidermis", precisó Martínez. Mencionó que las consecuencias, además de fatales, pueden derivar en amputaciones.

"Hay muchos casos más de los que se conocen", aseguró y explicó que en la búsqueda de resaltar la femineidad de su cuerpo, las trans recurren a esas prácticas clandestinas por razones económicas. "Una operación de ese tipo les puede salir unos 2 mil pesos, mientras que realizada con todos los cuidados, 14 mil", graficó.

Báez, a quien en el ambiente nocturno de Bahía Blanca, llamaban Caramelito, vivía sola y hasta anoche no se había podido ubicar a sus familiares en el Chaco. Por eso, su cuerpo aún permanecía en la morgue judicial.

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