El cantante y actor Rodolfo Zapata, representante del humor picaresco y popularmente conocido por temas como “La gorda” y “No vamo' a trabajar”,falleció ayer a los 87 años, informó hoy su familia a través de redes sociales.
"Mi padre Rodolfo Zapata falleció ayer en paz en su casa rodeado del amor de su familia. Rodolfo Zapata vivió una vida de bendiciones, siguiendo su pasión de cantar, escribir, actuar y tocar música hasta el final", escribió su hijo, el actor Guillermo Zapata, en su cuenta de Instagram.
En el mensaje, que acompaña con una foto de él y su padre, añadió: "Siempre lo recordaré como mi modelo por su dedicación, pasión por las artes y amor por la gente. Siempre estarás en mi corazón. Mi descanso en paz Papá #RIP".
“Te nos fuiste de gira Zapatita 1932-2019. Te amo”, escribió por su parte su nieta Amira Hidalgo, a modo de despedida, sobre una emotiva imagen publicada en una historia de Instagram, donde se la ve abrazada con su abuelo en un jardín.
Zapata, recordado también por “La roncha de tu hermana” y que combinó folclore y humor, nació en Nueva Pompeya y ostentaba una trayectoria con más de 40 materiales discográficos, los tres primeros discos, “No vamo' a trabajar”, “La gorda” y “Regalito”, lanzados en 1965.
Su vínculo con la música y el baile comenzó en 1942, a los 10 años, cuando comenzó a estudiar danza y folclore, y cuatro años más tarde debutó en la compañía teatral de Olinda Bozán y Francisco Álvarez.
Rápidamente obtuvo un papel en la película “Crisol de hombres” (1954), que compartió con el actor Fernando Siro; participó en “Vidalita” bailando malambo como doble de los pies de Mirtha Legrand, y fue protagonista en “La gorda” (1966), junto a Nelly Beltrán y “Un gaucho con plata” (1969), con Fidel Pintos y Susana Bruneti.
En su derrotero musical se destacan su labor con la música del clásico “Malambo en la noche” (1957), interpretado por artistas como Horacio Guarany y Antonio Torno, y la canción “La gorda” (1961), escrita junto al Chalchalero Ernesto Cabeza, que le otorgó popularidad y le permitió grabar en distintos países.
De proyección latinoamericana y considerado uno de los nombres del humor y cancionero argentino, también marcó su espacio en teatro de revistas con obras como “Los reyes del Tabarís”, que compartió con Adolfo Stray y Dringue Farías.
En los últimos años, lejos de la masividad pero en actividad constante en el circuito de la música, el artista se había dedicado a animar eventos privados, solía participar de las fiestas Bizarren y tuvo algunas apariciones junto a su guitarra en canal Crónica.