El ex suboficial del Ejército Luis Alberto Manzanelli, imputado por 784 delitos de lesa humanidad y uno de los más feroces torturadores de La Perla, murió en Córdoba, donde era juzgado en los tribunales federales en el marco del megajuicio por los crímenes cometidos en ese centro clandestino de detención durante la última dictadura.
Conocido como "El hombre del violín", Manzanelli, de 77 años, quien había sido imputado por 184 homicidios y cumplía prisión domiciliaria, falleció ayer en la capital cordobesa y sus restos serán inhumados hoy.
El represor era juzgado por los delitos cometidos en La Perla junto a otros 44 acusados, y además de los homicidios, se lo había denunciado por 308 privaciones ilegítimas de la libertad y 291 imposiciones de tormentos agravadas.
Manzanelli ya había sido procesado por la Cámara Federal de Córdoba en febrero de 1987, por cargos de asesinatos, torturas y secuestros, y arrestado en abril de ese mismo, pero quedó en libertad al ser beneficiado por la Ley de Obediencia Debida.
Según se pudo reconstruir a través de los testimonios de testigos, el fallecido represor integró desde 1974 el Comando Libertadores de América, un escuadrón de la muerte conocido como Grupo Interrogador de Detenidos, y luego pasó al Comando de Operaciones especiales de La Perla.
Finalizada la dictadura, Manzanelli, quien había nacido en Córdoba el 7 de septiembre de 1938, se desempeñó como Director del Círculo de Suboficiales del Ejercito, en la ciudad de Córdoba.
En el megajuicio de La Perla, que tiene al represor Luciano Benjamín Menéndez como principal imputado, se juzgan los delitos de privación ilegítima de la libertad, imposición de tormentos agravados, aplicación de tormentos seguido de muerte, homicidio calificado, tentativa de homicidio calificado, sustracción de menor de 10 años, abuso deshonesto y violación.
En el proceso judicial hay 417 víctimas del Plan Sistemático de Extermino implementado por el Terrorismo de Estado entre 1975 y 1978, de las cuales 162 son sobrevivientes, y más de 600 testigos.
Durante una de las audiencias del juicio, Manzanelli había cuestionado a la cúpula del Ejército: "Nos dejaron solos. Se escondieron, se fueron a sus casas y quieren que nos hagamos cargos de los fusilamientos, de los muertos".
El edificio donde funcionó La Perla, ubicado sobre la ruta nacional 20, funcionó como centro clandestino bajo la órbita del III Cuerpo de Ejército, a cuyo frente estaba el represor Menéndez.
Debido a una caída de un caballo, Manzanelli no podía girar la cabeza hacia un lado, por lo que fue apodado "el hombre del violín".
Según sus pares, fue uno de los más feroces torturadores en La Perla junto al fallecido Elpidio Tejeda.