Tenía 91 años y falleció en su casa taller en San Telmo, acompañado por sus seres queridos. Dejó un legado inmenso como pintor, escultor, escritor y formador.
Murió Luis Felipe “Yuyo” Noé, maestro del arte argentino, a sus 91 años.
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Gentileza Luis Felipe Noé, más conocido como “Yuyo”, falleció a los 91 años y su partida deja un vació profundo en el arte argentino. Su figura fue clave para la renovación estética del país en las décadas del 60´ y 70´, y se mantuvo activo y creativo hasta el final de sus días.
Además de su destacada trayectoria artística, fue un pensador crítico y un referente generoso para varias generaciones de artistas. A lo largo de su vida combinó la producción plástica con una mirada analítica y reflexiva sobre el arte, la sociedad y la cultura.
Hace apenas unas semanas, Noé presentó en el Museo de Arte Moderno Asumir el caos, un libro de 500 páginas en el que condensó años de trabajo y pensamiento.
Yuyo Noé murió tras sufrir un ACV. Su fallecimiento ocurrió en su casa taller de San Telmo, acompañado por sus seres queridos. Su legado trasciende el arte: deja una marca profunda en la cultura argentina como artista, pensador y maestro generoso.
Nacido en Buenos Aires en 1933, Yuyo creció en una familia con fuerte impronta intelectual. Su padre, Julio Noé, dirigió la revista Nosotros y promovió desde temprano su vínculo con las artes y las letras.
Entre sus obras más representativas se encuentra “Introducción a la esperanza”, ganadora del Premio Nacional del Instituto Di Tella en 1962 y luego donada al Museo Nacional de Bellas Artes. La pieza es un símbolo de su lenguaje visual crítico y rupturista.
Durante un tiempo, se alejó de la pintura para enfocarse en la escritura. En 1966 publicó el artículo “En la sociedad pop la vanguardia no está en las galerías de arte”, y luego desarrolló el libro “El arte entre tecnología y la rebelión”, editado en 2020.
Su primer libro fue “Antiestética” (1965), un manifiesto de su pensamiento artístico. A este le siguieron títulos como “Una sociedad colonial avanzada” (1971), “Códice rompecabezas…” (1974, reeditado en 2021), “Mi viaje - Cuaderno de bitácora” (2015), “El caos que constituimos” (2017), “En terapia” (2018), “El ojo que escribe” (2024), entre otros.
En el plano visual, en 1986 recibió el premio de la Fundación Fortabat por su obra “Recuerdo del diluvio” y ese mismo año creó “En la maraña”, actualmente parte del acervo de MNBA. A lo largo de su carrera recibió numerosos premios, como el Konex de Honor, Platino y el de Brillante.