Murió Leandro de Borbón, “el bastardo real” de España

"El bastardo real", Leandro Alfonso de Borbón Ruiz, hijo ilegítimo del difunto rey español Alfonso XIII y tío de Juan Carlos I, murió a los 87 años en Madrid, informó este sábado la prensa española.

Nacido el 22 de abril de 1929 fruto de una relación extramatrimonial entre el bisabuelo del actual rey Felipe VI y la actriz Carmen Ruiz Moragas, Leandro de Borbón falleció durante la noche tras meses de "estado de salud delicado" a raíz de una neumonía, precisó el diario El Mundo.

De traje siempre impecable, espesos bigotes rizados y amplia perilla peinada con raya en el medio, había logrado en 2003 que la justicia española lo reconociese como hijo del difunto monarca, dándole derecho a utilizar el apellido Borbón.

"Pudo acreditar la relación de su madre con Alfonso XIII, como cartas y telegramas de la Familia Real, transferencias de dinero realizadas por Alfonso XIII (...) y el testimonio de la sobrina de su madre (...) que relató ante notario los pormenores de la relación extramatrimonial de Alfonso XIII con esta popular actriz del primer cuarto del siglo XX", recordaba el periódico El País.

La Casa Real, entonces dirigida por su sobrino Juan Carlos I, no se opuso al reconocimiento, sin embargo nunca le concedió título alguno ni lo consideró miembro de la familia real.

Dos años después del nacimiento de Leandro, el rey Alfonso XIII había emprendido el exilio voluntario tras la proclamación de la Segunda Repúbica española en 1931 y nunca regresó a España. Su heredero, Juan de Borbón, nunca reinó.

Antes de su victoria judicial, Leandro de Borbón había publicado en España unas memorias tituladas "El bastardo real" (2002), a las que siguieron los libros "De bastardo a infante de España" (2004) y "Alfonso XIII visto por su hijo" (2007).

Su fallecimiento tuvo lugar en el segundo aniversario de la proclamación de Felipe VI a raíz de la abdicación en junio de 2014 de su padre Juan Carlos, ahora de 78 años. Tras gozar durante décadas de gran respeto por su papel en el retorno de la democracia a la muerte del dictador Francisco Franco en 1975, dejó el trono con la popularidad por los suelos.

Entre los múltiples escándalos que hundieron su imagen figuraron dos demandas de paternidad, del español Alberto Solá Jiménez y la belga Ingrid Jeanne Sartiau, que no obtuvieron reconocimiento.

Juan Carlos pasó así a engrosar la lista de monarcas europeos demandados por hijos ilegítimos, presuntos o reales, como el anterior rey belga Alberto II o el príncipe Alberto II de Mónaco, que en 2005 reconoció al pequeño Alexandre, entonces de 22 meses, fruto de una relación con una azafata francesa.