Murió Landrú, el precursor del humor gráfico en Argentina

El fundador de la revista Tía Vicenta falleció a los 94 años. Dejó como legado una cuantiosa obra que se caracteriza por su desenfado.

Murió Landrú, el precursor del humor gráfico en Argentina

El dibujante y humorista gráfico Juan Carlos Colombres, conocido con el seudónimo de Landrú, falleció a los 94 años en la ciudad de Buenos Aires y dejó como legado una obra que reflejó la historia política y social de la Argentina durante más de seis décadas.

El deceso fue confirmado por la Fundación Landrú, que precisó que el dibujante, como le gustaba que lo presentaran, murió en compañía de su familia.

La mirada ácida y punzante que el dibujante tenía sobre el país se reflejó en una de sus creaciones más emblemáticas, la revista de actualidad política Tía Vicenta, pero también fue la excusa de la dictadura de Juan Carlos Onganía para censurarlo, ya que presentaba al militar con la caricatura de una morsa.

Su estilo de caricatura de trazos simples quedó plasmado con humor en publicaciones exitosas como las revistas Rico Tipo, Vea y Lea, El Hogar, Loco Lindo, Medio Litro, Leoplán, Dinamita, Mundo Argentino, Popurrí y Patoruzú, entre otras. El humorista nació el 19 de enero de 1923 en la ciudad de Buenos Aires y publicó su primer dibujo en 1945, en la revista Don Fulgencio, que dirigía Lino Palacio, aunque el seudónimo de Landrú recién lo adoptó dos años después, en 1947.

Desde ese momento, no dejó de trabajar y en 1957 se convirtió en el primer libretista de Tato Bores y fundó la revista Tía Vicenta, que comenzó con una tirada de 50.000 ejemplares.

En 1968, publicó la revista Tío Landrú, y cuatro años después, en 1972, ingresó al diario Clarín, donde publicó sus dibujos hasta 2007.

En ese camino fue que Onganía, en 1966, ordenó el cierre de Tía Vicenta, molesto por la caricatura que hizo de él. La revista volvió a publicarse con el nombre María Belén y en 1977 tuvo una reaparición fugaz con su nombre original, durante la última dictadura militar.

Landrú puso apodos a políticos argentinos de su época, como el caso de “La morsa” a Onganía, “El chancho” a Alvaro Alsogaray, “La jirafa” a Arturo Frondizi y “La tortuga” a Arturo Illia.

El dibujante incorporó a su trabajo la sigla GCU (Gente Como Uno), como expresión satírica para referirse a los gustos y costumbres de las clases sociales altas. El trabajo de Landrú fue destacado en 1971 con el premio María Moors Cabot de la Universidad de Columbia, otorgado por primera vez a un humorista.

En 1982, fue distinguido con el premio Konex y en 2003 fue declarado Ciudadano Ilustre por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

El dibujante publicó en 2004 su libro “Landrú, el que no se ríe es un maleducado”, de editorial Alph, en el que aparecen sus personajes emblemáticos Jacinto W., el señor Porcel, la familia Cateura, María Belén y Alejandra.

Ese año, su hijo Raúl y su nieto Gonzalo crearon la Fundación Landrú, una organización sin fines de lucro que tiene como objetivo mantener vigente la obra del humorista a partir de la digitalización.

Una de sus creaciones más representativas, “El gato”, que de personaje secundario pasó a formar parte de su firma, el año pasado cumplió 70 años.

El dibujante, que en 1994 resultó herido de bala en la mano con la que dibujaba durante un robo en su casa, vivió sus últimos años en su casa del barrio porteño de Recoleta, acompañado de su familia. Agencia DyN

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