Murió Sonia Rykiel, la "reina del punto" y las rayas

La inventora de la “démode” tenía 86 años y sufría Parkinson.

Murió Sonia Rykiel, la "reina del punto" y las rayas

De silueta esbelta, vestimenta en negro y flamígera melena pelirroja, la "reina del punto" Sonia Rykiel, fallecida el jueves a los 86 años, hizo de la libertad y la sensualidad las claves de una moda chic y alegre, inscrita en el movimiento de liberación del cuerpo femenino.

Figura familiar de Saint-Germain-des-Prés, donde estableció su principal boutique, la inventora de la "démode" (un estilo sin complejos en el que cada persona adapta la moda a su personalidad), nacida como Sonia Flis en París el 25 de mayo de 1930, debutó en el sector por casualidad.

Nacida en un medio adinerado y cultivado, de padre francés y madre rumana, la mayor de cinco hijas siguió el recorrido habitual de una joven de buena familia. Asistió a un instituto para chicas en Neuilly (Hauts-de-Seine), se casó y solo aspiraba a cumplir un sueño: tener diez hijos.

Pero, una vez embarazada, no encontró prendas a su gusto, por lo que empezó a crear vestidos y suéters ceñidos, vendidos en la tienda de su marido, en el distinguido distrito XVI de París. El jersey tuvo un éxito inmediato y llegó a la portada de la revista Elle: las mujeres se peleaban por llevarse uno.

Seis años después, en pleno Mayo del 68, Sonia Rykiel abría su primera boutique en el barrio latino. En aquel momento no sabía nada de moda, ni coser ni tejer, y las dudas la asaltaban a cada momento.

"Todos los días me decía a mí misma: 'Voy a cerrar, porque no sé lo que hago, no lo sé en absoluto", confesaría años más tarde.

La joven puso algunas prendas en el escaparate, acompañadas por libros. "Jamás he podido separar la literatura de la moda, forman parte de la misma historia", aseguraba esta enamorada de las letras, que escribía sobre sus jerséis palabras como "amor", "artista" o "sexo", a modo de pequeños manifiestos.

Tras dudar 10 años de dudas, Rykiel decidió apostar por el mundo de la moda. Una moda lejos de las tendencias, que ella concebía para una mujer activa, interesada por la actualidad mundial, "más bien intelectual" y libre, como las mujeres que en los años 70 acababan de tirar sus sujetadores y proclamar alto y fuerte que su cuerpo les pertenecía.

Hedonista y seductora

La creadora empleaba especialmente el punto "por la ternura, la dulzura", el terciopelo, las lentejuelas.

Fue Rykiel quien lanzó las costuras al revés, el "nada de dobladillo". Hizo del negro el color de la feminidad y la seducción, y convirtió en célebres sus jerséis de rayas multicolores, decorando sus prendas con motivos o palabras en lentejuelas.

Sus creaciones dibujaban siluetas fluidas y elásticas.

Sonia Rykiel preconizó la "démode", invitando a las mujeres a rechazar los diktats de los diseñadores para crear su propio armario, adaptado a su cuerpo y a su personalidad.

Paralelamente a la moda, esta mujer seductora que adoraba mentir, esta hedonista que se entregaba al placer del chocolate, el vino y los puros, se dedicó también a la escritura.

Con numerosos literatos en su círculo próximo, entre ellos otra célebre pelirroja, Régine Deforges, publicó una decena de libros, entre ellos, el recopilatorio de cuentos dedicado a sus nietas, "Tatiana, Acacia" (1993) y "N'oubliez pas que je joue" ("No olviden que juego", aún no traducido al español), donde abordó su enfermedad, el Parkinson (2012).

El negocio quedó siempre en familia: su "clan" le era indispensable y siempre se rodeó de sus seres queridos - su hermana Danièle y sobre todo su hija, Nathalie, actual directora artística y presidenta de la marca, que trabaja con ella desde los años 80. También tenía un hijo, Jean-Philippe, músico.

En noviembre de 2013 recibió de manos de François Hollande la insignia de Gran Oficial de la Orden Nacional del Mérito. "Ella inventó no solo una moda, sino una actitud, una manera de vivir y de ser, de ofrecer a las mujeres libertad de movimiento", la despidió este jueves el presidente francés.

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