La irlandesa de cabello flamígero que apareció en películas clásicas desde la conmovedora “Qué verde era mi valle” (1941), hasta la inspiradora “Milagro en la calle 34” (1947) y que fue amiga incondicional de John Wayne y del realizador John Ford, murió este sábado a los 95 años mientras dormía en su casa de Boise, Idaho, según precisó su manager Johnny Nicoletti.
“Falleció tranquilamente rodeada de su amorosa familia mientras celebraban su vida escuchando la música de su película favorita, “El hombre quieto”, uno de los cinco títulos en los que la dirigió el cineasta John Ford, hijo de irlandeses.
“Como actriz, Maureen O'Hara (nacida Maureen FitzSimons) interpretó fortaleza y sensibilidad en todos los personajes que interpretó. Sus personajes eran enérgicos y valientes, como lo fue ella en la vida real. También era orgullosamente irlandesa y pasó su vida entera compartiendo su herencia y la maravillosa cultura de la isla Esmeralda con el mundo”, dice una biografía familiar.
O'Hara llegó a Hollywood para protagonizar la cinta de 1939 “El jorobado de Notre Dame” y continuó con una larga carrera en la pantalla grande.
Durante el auge de su carrera en el cine se convirtió en la Reina del Tecnicolor por el amorío de los camarógrafos con su cabello rojizo, su piel blanca y su naturaleza ardiente.
Después de sus inicios en Hollywood con “El jorobado de Notre Dame” y algunas películas menos importantes, interpretó a la joven hija en el conmovedor drama sobre una familia minera de Gales “Qué verde era mi valle”, que ganó cinco premios Oscar, incluido el de mejor película.
Su primer esposo fue el director George Hanley Brown, a quien conocido mientras filmaba “La posada maldita” (“Jamaica Inn”, 1938) en Londres a las órdenes de un entonces desconocido Alfred Hitchcock. Cuando se mudó a Hollywood, su marido se quedó en Inglaterra y el matrimonio fue anulado.
En 1941, se casó con el director Will Price y tuvieron una hija, Bronwyn, en 1944.
“El matrimonio fue un error terrible y nos divorciamos en 1952”, comentó. Permaneció soltera hasta su matrimonio con Charles Blair en 1968.
En la pantalla grande, O'Hara siempre interpretó a mujeres poderosas y obstinadas. Durante una entrevista en 1991 le preguntaron si era la misma mujer que representaba en sus películas.
“Me gusta salirme con la mía”, dijo. “Pero no crean que no actúo cuando estoy ahí. Adicionalmente, no crean que siempre me salgo con la mía”.
Le sobrevive una hija en Irlanda, Bronwyn FitzSimons, su nieto Conor FitzSimons y dos bisnietos.