Se llamaba Estela Noemí Nefimar Mayranx y era hija de dos reconocidos actores: Ricardo Lavié (también conocido como Ricardo Machado en su faceta de artista plástico) y Noemí Laserre.
Nacida el 19 de agosto de 1943, subió a un escenario por primera vez cuando todavía cursaba la escuela primaria y tuvo que hacer un reemplazo en una puesta en la que precisamente actuaban sus padres.
Más tarde fue convocada por la compañía de los actores Esteban y Juan Serrador para la puesta marplatense de "No es fácil ser mujer", de Peter Shaffer, y comenzó a estudiar teatro con Roberto Durán. Poco después fue becada por la Universidad de Arte Católico de Washington.
La tevé
Ya con el nombre de Estela Molly y dueña de una singular belleza de imagen aniñada, en 1960 se incorporó a la televisión en la miniserie “El fantasma de la ópera”, según la puesta de Narciso Ibáñez Menta, con dirección de Marta Reguera, y con el mismo equipo hizo otras producciones similares como “¿Es usted el asesino?” y los tres episodios de “Ceremonia secreta”, según el relato homónimo de Marco Denevi.
Siguieron nuevas producciones para la pantalla chica, como las anteriores todas en el Canal 9 de Alejandro Romay, como el “Teleteatro Odol”, “Las solteras”, “Salto a ciegas”, “Los días oscuros”, “El hombre que trajo el mar”, “En casa de los Videla”, “Las chicas”, “Teleteatro de jóvenes”, “Su comedia favorita”, “Sátiro”, “Todo es amor” y hasta una versión de “Los miserables” para el ciclo televisivo “Alta Comedia”.
En esa misma pantalla participó en el exitoso ciclo “Los viernes de Pacheco”, que protagonizó el recordado Osvaldo Pacheco entre 1968 y 1973, “Teatro como en el teatro”, “La comedia del domingo”, la telenovela “Libertad condicionada”, con Susana Campos, Alicia Bruzzo y Juan Carlos Dual, y la última versión de “Matrimonios y algo más”.
Sobre tablas
En el Teatro Lola Membrives participó del elenco de “Ejercicio para cinco dedos”, de Peter Shaffer, dirigida por David Stivel, para luego integrarse al elenco del Teatro Nacional Cervantes y actuar en piezas como “Los invisibles”, “Donde la muerte clava sus banderas”, “La verdad sospechosa” y “La dama boba”, de autores muchos de ellos clásicos.
En el Teatro Argentino de La Plata participó en “Nuestro pueblo”, de Thorton Wilder, junto a Eva Franco, en el Museo Larreta hizo “Canción de cuna”, así como “Flor de cactus” junto a Amelia Bence, en las versiones de “El violinista sobre el tejado” participó junto a Raúl Rossi y Pepe Soriano; y junto a María Casares trabajó en "Divinas palabras", así como una temporada de zarzuelas en el Teatro Avenida, y en la comedia musical “Violado y abandonado”, con Luis Aguilé.
Molly siguió destacándose en el musical en las versiones de “Calle 42”, con Violeta Rivas, en “Los siete gatitos” y “Mi bella dama”.
Fue Adela en la puesta de Alejandra Boero en el Teatro San Martín de “La casa de Bernarda Alba”, cuando se incorporó en su cuerpo estable con el que participó en el “Cyrano de Bergerac”, que significó la última actuación de Ernesto Bianco, a las órdenes de Osvaldo Bonet, o en “El alcalde de Zalamea”, según Omar Grasso, con un memorable monólogo de veinte minutos de duración.
La gran pantalla
Sus trabajos en el cine comenzaron al promediar la década del 60 con “Lindor Covas, el cimarrón” (1963), de Carlos Cores; “Cleopatra era Cándida” (1964) junto a grandes como Niní Marshall y Juan Verdaguer; “El club del clan” (1964, de Enrique Carreras), “Los hipócritas” (1965, de Enrique Carreras), “Ritmo nuevo, vieja ola” (1965, también de Enrique Carreras con un elenco que integraban Lolita Torres, Tita Merello, Ángel Magaña, Jorge Salcedo y Pedro Quartucci, entre otros), “Fiebre de primavera” (1965, Enrique Carreras, con Palito Ortega y Violeta Rivas), “Muchachos impacientes” (1966), “Ritmo amor y juventud” (1966), “La familia hippie” (1971, otra vez Enrique Carreras, con Palito Ortega, Ángel Magaña y Olinda Bozán), las picarescas “Cómo seducir a una mujer” (1967), “Coche cama alojamiento” (1968) y “Amante para dos” (1981) en la que acompañó a Alberto Olmedo, Tato Bores y Moria Casán.
En 1985 protagonizó “La mayoría silenciada”, una película de Jorge Zuhair Jury (hermano de Leonardo Favio) en la que también trabajaban Rodolfo Ranni, Ana María Picchio y Juan José Camero, pero que nunca se estrenó comercialmente.
Desde entonces prácticamente se retiró de la actuación, hasta que en 2016 su nombre volvió a sonar cuando José María Muscari la convocó para encarnar a una monja en la comedia “Coqueluche”, que iba a protagonizar con Georgina Barbarrosa, Barbie Vélez y Fabián Mazzei, pero que finalmente se suspendió.
Sus restos serán despedidos hoy a las 11 en el Panteón de la Asociación Argentina de Actores, en el cementerio porteño de la Chacarita.