Ícono de la era dorada de Hollywood, Joan Fontaine falleció ayer mientras dormía, a los 96 años, en su casa de Carmel, en California, según anunció su asistente Susan Pfeiffer.
Podría decirse que le ganó, también en este terreno, a su igualmente longeva hermana Olivia de Havilland, hoy de 97 años, con la que Joan mantuvo una histórica enemistad desde que eran niñas.
El comienzo
Nacida en Tokyo, Japón, de padres británicos el 22 de octubre de 1917, Fontaine se mudó con su madre y su hermana a Hollywood en 1919, donde ambas niñas terminaron forjando exitosas carreras cinematográficas paralelas.
Fontaine comenzó su carrera actoral en los últimos años de la adolescencia, con papeles fundamentalmente menores en el escenario y luego en películas clase B en el cine de los años '30.
Su carrera despegó en la década de 1940 de la mano del célebre director Alfred Hitchcock.
Impresionado por la expresividad de su mirada, Hitchcock incluyó a Fontaine en su primer film estadounidense, una adaptación de 1940 de la novela "Rebecca", de Daphne du Maurier, que entre nosotros se rebautizó como “Rebecca, una mujer inolvidable”. Recibió aquí su primera nominación al Oscar por su interpretación de la atribulada segunda esposa de Max de Winter, el aristócrata viudo que interpretaba Laurence Olivier.
Un año después la actriz ganó su primer y único Oscar, también por su protagónico en un film de Hitchcock: "La sospecha", en la que interpretaba a otra atribulada esposa a la que su marido, un radiante Cary Grant, parecía querer asesinar. Se trató de la única actriz en ganar el galardón dorado por una película del rey del suspenso.
Hermanas y rivales
Pese a que su hermana Olivia de Havilland la precedió en alcanzar la fama, Fontaine fue la primera en obtener un Oscar, derrotando ese mismo la nominación de su hermana como mejor actriz en el film "Si no amaneciera", de Mitchell Leisen.
La animosidad entre ambas hermanas pudo sentirse en la ceremonia de los Oscars. "Me congelé. Miré al otro lado de la mesa, donde estaba sentada Olivia. 'Levántate', me susurró imperativamente", relató Fontaine.
"Toda la animosidad que habíamos sentido una hacia la otra durante la niñez... regresó de golpe como imágenes de un caleidoscopio... Sentí que Olivia atravesaría la mesa para agarrarme de los pelos", dijo.
Olivia no ganó su primer Oscar hasta 1946, por su papel de la amante de un piloto de la Segunda Guerra Mundial en el film "Lágrimas de una madre”, también de Leisen.
Fontaine luego contó que su hermana la desairó cuando intentó felicitarla. "Me miró a los ojos, ignoró mi mano, agarró su Oscar, dio media vuelta y se fue", relató.
Las hermanas también eran rivales en el amor. El excéntrico magnate Howard Hughes, quien salió por un tiempo con de Havilland, le propuso varias veces matrimonio a Fontaine. Por su parte, ésta se casó por primera vez con el actor Brian Aherne, que había sido uno de los novios de su hermana.
"Me casé primero, obtuve un Oscar antes que Olivia, y si muero primero sin duda quedará se lívida porque también le habré ganado en eso", dijo una vez Fontaine.
Más títulos en el recuerdo
La trayectoria de Fontaine también incluye otros títulos consagratorios que la conectaron con otros grandes realizadores y en los que casi siempre prevaleció el papel de mujer con el corazón roto. Así “La ninfa constante” (1943, de Edmond Goulding con Charles Boyer, por la que obtuvo su tercera nominación al Oscar), Jane Eyre (1944, Robert Stevenson), “Carta de una desconocida” (1948, Max Ophüls), “El vals del emperador” (1948, Billy Wilder), “Nacida para el mal” (1950, Nicholas Ray), “Otelo” (1952, Orson Welles), “El bígamo” (1953, Ida Lupino), “Más allá de la duda” (1956, Frtiz Lang).
A fines de los años 50 su carrera comenzó a declinar, por lo que Fontaine se volcó a la televisión, a protagonizar algunos títulos menores del cine de terror clase B y hasta realizó varias apariciones en musicales de Broadway como "El león en invierno".