Murió el excanciller Helmut Kohl, artífice de la reunificación de Alemania

La necesidad de unir a Europa después de las dos guerras del siglo XX fue uno de los principales motores de la política de Helmut Kohl, el último canciller alemán que participó en la guerra y la sufrió en carne propia.

Las vivencias en el frente, al que fue enviado a los 15 años, y la pérdida del hermano en el campo de batalla lo marcaron de por vida. "No me hizo falta deletrear la frase de 'nunca más guerra'. Se convirtió en parte de mi esencia", recordó en sus memorias.

El democristiano alemán nació en el Palatinado, una región lindante con Francia. En 1947, dos años después del final de la Segunda Guerra Mundial, derribó una valla fronteriza con la región francesa de la Alsacia. "Queríamos unos Estados Unidos de Europa", lo cita en una biografía el politólogo Hans-Peter Schwarz.

Por eso se empeñó en buscar la reconciliación con los antiguos enemigos. En 1984 honró la memoria de los soldados franceses y alemanes caídos en Verdun en la Primera Guerra tomado de la mano del entonces presidente francés, François Mitterrand, en una imagen que dio la vuelta al mundo.

En 1985 estrechó la del presidente estadounidense Ronald Reagan ante tumbas de soldados norteamericanos en Bitburg. Estos lazos, a los que se sumó la amistad con el sucesor de Reagan, George Bush, fueron decisivos en el momento de la reunificación alemana.

Kohl se equivocó en un comienzo cuando trató de propagandista al nuevo presidente de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov. Pero después comprendió que con Gorbachov podía iniciarse una nueva era de relaciones este-oeste. "Así como el Rin desemboca en el mar, así llegará la unidad alemana y también la de Europa", le aseguró.

Su gran momento histórico fue la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989. En poco tiempo, el comunismo se desplomó en Alemania y Europa Oriental y desapareció el orden mundial bipolar.

Con el fuerte respaldo de Washington pero también del presidente del gobierno español, el socialista Felipe González, Kohl superó las resistencias de Miterrand a la reunificación y el rechazo inicial de la primera ministra británica Margaret Thatcher.

Kohl no se cansó de recordar que González fue el único jefe de gobierno europeo que lo respaldó sin reticencias en la empresa de la reunificación. "El gran canciller vivió no sólo la unidad alemana, sino también la unidad europea", recalcó González al cumplirse en 2012 el 30 aniversario de la llegada de Kohl a la cancillería.

Kohl supo estrechar lazos con sus pares de otros Estados por encima de las ideologías. Dio una importancia vital a la cooperación con el socialista Mitterrand para impulsar la integración europea.

Juntos presentaron en 1985 un proyecto de tratado para la creación del mercado interno que desembocó en la "Acta Única Europea" de 1986 y allanó el camino al Tratado de Maastricht de 1992, en virtud del cual se creó la Unión Europea.

Kohl estaba convencido de que la introducción del euro sería una oportunidad única para la unión pacífica del continente. "El euro es sinónimo de Europa", repitió como una letanía.

Impuso la adopción el Pacto de Estabilidad en 1997 y consiguió que el Banco Central Europeo se asentase en Fráncfort para resaltar la independencia de la institución, siguiendo la tradición del Bundesbank germano.

Eso contribuyó a su fama de gran europeo, impulsó la idea de dejar atrás las monedas nacionales en un momento en el que aún estaba de pie el Muro de Berlín y nadie podía imaginar la reunificación.

El 2 de mayo de 1998 apoyó el nacimiento del euro, pero sin consultar a la población. "Hubiéramos perdido un referéndum sobre el euro", admitió en una entrevista al periodista Jens Peter Paul.

"La política funciona así: democracia o no, elecciones o no, la democracia representativa sólo puede tener éxito cuando llega uno y dice: Así se hace. Y yo vinculé mi existencia a este proyecto político".

Kohl desoyó también los reparos del Bundesbank, guardián del marco germano, y antepuso la idea política a las valoraciones de los economistas.

"Para Helmut Kohl, el cronograma era más importante que la estabilidad", sostuvo Kurt Biedenkopf, ex ministro de Kohl. Estaba convencido de que con una moneda común no habría marcha atrás en la unión de Europa y "todo lo demás lo supeditó a eso", dijo Biedenkopf.

En 1998 fue declarado "ciudadano de honor de Europa", el segundo después de Jean Monnet, el "fundador" de la Unión Europea. 
En medio de la crisis económica que atenazó a Europa, alzó la voz para llamar a una mayor solidaridad, especialmente a su sucesora Angela Merkel y alertar del peligro de egoísmos nacionales.

"Europa sigue siendo una cuestión de guerra y paz", sostuvo Kohl en un artículo para el diario de masas "Bild". "Los fantasmas malos del pasado no han sido espantados, pueden volver. Necesitamos -justamente ahora- más y no menos Europa".

Logros:

- REUNIFICACIÓN ALEMANA: Kohl contribuyó de forma decisiva al proceso que llevó a la reunificación de Alemania. Poco después de la caída del Muro de Berlín en 1989, reaccionó con rapidez y presentó sorpresivamente un plan con diez puntos para "superar la división de Alemania y de Europa". Luego logró vencer los reparos de las antiguas potencias vencedoras en la Segunda Guerra y lideró el camino que finalizó en la reunificación de las dos Alemanias en 1990.

- EUROPA: Europeo convencido, Kohl apoyó medidas decisivas para la integración europea como el acta única europea de 1986 (para la creación del mercado interno y la profundización de la cooperación), el Tratado de Maastricht de 1992 (para la creación de la Unión Europea) o la introducción del euro. En reconocimiento a ese papel, en 1998 fue nombrado ciudadano de honor de Europa por el Consejo Europeo.

- AMPLIACIÓN AL ESTE: En las cumbres de la UE y la OTAN de 1997 se ofreció a los países del este de Europa negociaciones para ingresar en sendos bloques.

- CARRERA: En más de medio siglo de carrera política, Kohl fue el canciller alemán con el más mandato más largo (1982-1998) y el presidente de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que más se mantuvo en el cargo (1973-1998). 
Fracasos y contratiempos:

- ESCÁNDALO DE FINANCIACIÓN EN LA CDU: El descubrimiento de donaciones millonarias irregulares a la CDU en 1999 durante el mandato de Kohl terminó costándole la presidencia de honor del partido en 2000.

- COSTO DE LA REUNIFICACIÓN: Kohl aseguró que la reunificación no se financiaría aumentando los impuestos, pero pudo cumplir esa promesa sólo durante un año: desde 1991, todos los alemanes pagan un impuesto "solidario" adicional para reducir la brecha entre las dos antiguas Alemanias.

- LEYES PENDIENTES: La mayoría de la oposición socialdemócrata en la Cámara alta del Parlamento (Bundesrat) bloqueó importantes proyectos del gobierno de Kohl, como una crucial reforma impositiva en 1997. Entre 1994 y 1998, una veintena de proyectos se estancaron en la cámara. El gobierno Kohl quedó lastrado por un "atasco de reformas" pendientes.