El sitio Wikipedia, en Internet, dice que tenía 80 años y la da nacida el 13 de noviembre de 1936.
La agencia de noticias Télam, por su lado, dice que murió el domingo 25 a los 78 años y que había nacido el 28 de setiembre de 1938.
En otros sitios de la Web figura como nacida en mayo.
Sea como fuere, lo cierto es que la actriz Elsa Daniel brilló en el cine argentino de los años 50, 60 y 70, especialmente como musa del realizador Leopoldo Torre Nilsson, quien la dirigió en cuatro películas que terminaron consagrándola con personajes que se movían a medio camino entre la inocencia infantil y el despertar sexual de la mujer adulta siempre en entornos retorcidos y amenazantes.
Esos títulos fueron “Graciela” (1956) junto al actor chileno radicado en nuestro país Lautaro Murúa, “La casa del ángel” (1957) nuevamente con Murúa y donde encarna a una adolescente de 14 años que vive su despertar sexual en un ámbito de fuerte represión religiosa, “La caída” (1959) otra vez con Murúa sobre los oscuros secretos de una familia, y “La mano en la trampa” (1961) otro drama familiar donde compartía elenco con Leonardo Favio y el español Francisco Rabal.
Fueron películas que abrieron nuestro cine a la modernidad en una época donde los nuevos lenguajes se imponían en el universo fílmico global y le valieron a Elsa Daniel una mención especial en el Festival de Cannes de 1957 por “La casa del ángel” y en 1961 un premio de la Fiap -también en Cannes- por “La mano en la trampa”.
El trayecto
Nacida como Elsa Nilda Gómez en la localidad santafesina de San Lorenzo, en el año 1953 ganó el concurso Miss Sonrisa organizado por el dentífrico Colgate en Radio El Mundo y un año más tarde ya estaba debutando en el cine con la película “El abuelo”, un drama de Román Viñoly Barreto en el que compartía cartel con Enrique Muiño y Mecha Ortiz y que le valió el reconocimiento de Revelación femenina según la Asociación de Cronistas Cinematográficos.
La prensa la catalogó, a partir de sus películas con Torre Nilsson, como “ingenua”, título que compartió con otras actrices como Gilda Lousek y Graciela Borges, aunque sus personajes trascendían bastante ese calificativo y detrás de una fachada de inocencia ocultaban siempre algo difuso y ominoso.
Algo de eso hay también en “Las furias” (1960), la película de Vlasta Lah que fue el primer film sonoro dirigido por una mujer en nuestro país y donde la acompañaban Mecha Ortiz, Aída Luz, Olga Zubarry y Alba Mujica.
Y en “Isla brava” (1958), la única película donde la dirigió el gran Mario Soffici.
Pero Elsa Daniel también hizo comedias como “Un centavo de mujer” (1958, de Román Viñoly Barreto) donde intenta enamorar al francés Jorge Riviere; “La novia” (1961) donde se casaba con el cantante chileno Antonio Prieto en medio de canciones que hacían furor por entonces; “La cigarra no es un bicho” (1964, de Daniel Tinayre) en la que junto a Guillermo Bredeston intenta perder su virginidad en un hotel alojamiento; “Psexoanálisis” (1968, Héctor Olivera) y hasta “Los chantas”, que en 1975 dirigió José Martínez Suárez.
Entre tanto, rodó “El romance del Aniceto y la Francisca” (1967) a las órdenes de Leonardo Favio y junto a María Vaner y Federico Luppi, donde encarnaba a la Francisca del título, una chica “decente y dulce cuyo marido la engaña con la sensual y apasionada Lucía”. Este papel le valió un nuevo premio de la Asociación de Cronistas Cinematográficos, ahora como mejor actriz.
El amor
El director Rodolfo Kuhn, con quien estuvo casada entre 1962 y 1968 y con quien tuvo a su hija Roberta, hoy de 52 años, la dirigió en dos películas: “Los inconstantes” (1962), un drama sobre jóvenes que se aburren en un balneario de la costa argentina, y “Ufa con el sexo” (1968) según libro de Dalmiro Sáenz, que fue prohibida en su momento por el gobierno dictatorial de Juan Carlos Onganía por “atentar contra la moral y las buenas costumbres” y recién tuvo su primera proyección pública en el Festival de Mar del Plata del año 2007.
El elenco incluía además a Marilina Ross, Maurice Jouvet, Iris Marga, Nacha Guevara, el mendocino Luis Politti y el paraguayo Arnaldo André, entre otros.
La tevé
En televisión también se destacó desde mediados de los años 60, sobre todo en la telenovela “Tres destinos” (1966/67), de María Herminia Avellaneda y junto a Graciela Borges, Marcela López Rey, María Aurelia Bisutti, Rodolfo Bebán y Emilio Alfaro.
Pero el personaje más popular fue el de la Pochi en la serie picaresca “Matrimonios y algo más”, creada por Hugo Moser en 1968 y que, hasta 1972 en que duró su estructura original, llegaron a trabajar figuras como Susana Giménez, Carmen Barbieri, Perla Caron, Mirta Busnelli, Enzo Viena, Juan Carlos Dual y Gianni Lunadei, entre muchísimos más.