Murió el rey Abdalá de Arabia Saudí, el principal aliado de EEUU en Medio Oriente

Tenía 90 años, 30 hijos y una decena de esposas. Era la cabeza de un poderoso exportador de petróleo. Lo sucede su hijo Salman

Murió el rey Abdalá de Arabia Saudí, el principal aliado de EEUU en Medio Oriente

El rey Abdulá de Arabia Saudí, el poderoso aliado de Estados Unidos que se unió a los esfuerzos de Washington contra la red terrorista al-Qaida y buscó modernizar al ultraconservador reino musulmán con reformas graduales pero importantes, como brindar más oportunidades a las mujeres, ha fallecido. Tenía 90 años.

Más que sus cautos y rígidos antecesores, el rey Abdulá tiró del peso de su rica nación petrolera con la idea de dar forma al Medio Oriente.

Su prioridad fue reducir la influencia de su rival Irán, de mayoría chií, donde quiera que Teherán tratara de hacer avances. Él y otros monarcas árabes suníes también se opusieron a la ola de levantamientos democráticos que surgieron en la región, que consideraban una amenaza a la estabilidad de su propio gobierno.

Respaldó facciones musulmanas suníes contra aliados de Teherán en varios países, pero en Líbano, por ejemplo, la política no ayudó a frenar a Jezbolá, un grupo armado con respaldo iraní.

Y aunque el rey mantuvo una alianza históricamente cercana con Washington, hubo fricciones cuando trató de colocar la relación bajo los términos de Arabia Saudí. El monarca se vio constantemente frustrado por el fracaso de Estados Unidos para lograr un acuerdo para el conflicto entre Israel y los palestinos.

También presionó al gobierno de Barack Obama para tomar una postura más dura hacia Irán y un respaldo más fuerte a los rebeldes de mayoría suní que tratan de derrocar al presidente de Siria, Bashar Assad.


Un comunicado de la casa real indicó que el rey había muerto a la una de la madrugada del viernes. Su sucesor es su medio hermano, el príncipe Salman, de 79 años, y quien desde hace poco se hace cargo de las responsabilidades del rey Abdulá, según la Agencia Saudí de Prensa.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó sus condolencias al pueblo saudí.

``Como líder, siempre fue sincero y tuvo el valor de sus convicciones'', dijo Obama. ``Una de esas convicciones fue su firme y apasionada creencia en la importancia de la relación entre Estados Unidos y Arabia Saudí para la estabilidad y seguridad en el Medio Oriente y otras regiones''.

Abdulá nació en Riad en 1924, uno de las docenas de hijos del fundador de Arabia Saudí, el rey Abdul-Aziz Al Saud. Al igual que todos los hijos de Abdul-Aziz, Abdulá recibió una educación precaria.


Fue nombrado príncipe heredero a la corona en 1982, el día que su medio hermano Fahd ascendió al trono. La decisión fue apelada por el príncipe Sultán, hermano de sangre de Fahd, quien quería el título para él, pero al final la familia cerró filas con Abdulá para evitar divisiones. Abdulá se convirtió en gobernante de facto en 1995, cuando una apoplejía incapacitó a Fahd, asumiendo oficialmente el trono cuando éste murió en 2005.
Durante su reinado trató de modernizar a Arabia Saudí, uno de los principales exportadores de petróleo. Aunque el reino es extraordinariamente rico, hay profundas disparidades en la riqueza. Abdulá fue un fuerte promotor de la educación.

Con Abdulá las mujeres llegaron por primera vez al Consejo Shura, un organismo no electo que aconseja al rey y al gobierno. Les prometió el voto para las elecciones de 2015 en los consejos municipales, los únicos comicios que se realizan en el reino, y algunas recibieron licencia para trabajar como legisladoras durante su mandato.

En la Universidad de la Ciencia y Tecnología que lleva su nombre, mujeres y hombres estudian juntos, un avance importante donde incluso una charla menor entre personas de diferente sexo puede ser sancionada por la policía moral.

Sin embargo, el rey actuaba cuidadosamente ante los clérigos ultraconservadores, que tienen enorme influencia sobre la sociedad, y a cambio dan a la familia reinante legitimidad religiosa.

En algunos casos, Abdulá respondió: despidió a un importante clérigo que criticó la mezcla de géneros en la universidad. Pero también evitó ir demasiado lejos. Por ejemplo, más allá de permitir el debate en los diarios, Abdulá no respondió a las exigencias para permitir a las mujeres conducir vehículos.

Abdulá tiene más de 30 hijos y alrededor de una decena de esposas.

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