Hoy, a los 66 años, murió Mwepu Ilunga, quien se hizo famoso a partir de una acción insólita en el Mundial 1974 defendiendo la camiseta de Zaire, hoy República Democrática del Congo.
Antes de la ejecución de un tiro libre por parte del brasileño Rivelino, uno de los mejores especialistas de la historia en pelota parada, el defensor africano salió presuroso de la barrera y lanzó el balón tan fuerte que éste llegó al área contraria. Poco después, confundido, el astro de la "verde amarela" remató defectuosamente.
Ilunga, en realidad, conocía el reglamento y lo hizo por una cuestión de supervivencia.
Sucede que el dictador de su país, Mobutu Sese Seko, había recompensado a los futbolistas por haberse clasificado para la Coopa del Mundo en Alemania. Hubo autos lujosos, viviendas y vacaciones en Estados Unidos y sus respectivas familias para los miembros del plantel.
Sin embargo, el Mundial fue otra cosa distinta que las eliminatoirias africanas y hubo sendas derrotas: 2-0 contra Escocia y el humillante 9-0 frente a la entonces Yugoslavia. Encima, en el último partido de la primera fase el rival era Brasil, nada menos que el campeón del mundo vigente.
La cuestión es que la guardia presidencial de Mobutu concurrió a la concentración del plantel y amenazó a los futbolistas con fuertes represalias en el caso de que perdieran ante los brasileños por cuatro goles o más.
Así, faltando 12', Zaire perdía 3-0 ante Brasil y el árbitro marcó un tiro libre muy cerca al área. Esto motivo el rechazo desesperado de Ilunga y el marcador no se movión. De esta manera, sin que nadie lo supiera, el futbolista salvó a todo el plantel de un castigo mayúsculo, que inclusive pudo haber sido de muerte.