Fue un provocador nato, que se metió con cuanto tema tabú había en su época y cuestionó la falsa moral a través del humor y el absurdo.
Así criticó las rígidas convenciones sociales sobre el sexo, la religión, la propiedad, la violencia, el universo femenino y el establishment en general, en una obra que abarcó tanto la novela como el cuento, las obras de teatro, el ensayo, los guiones para cine y televisión y los textos periodísticos.
Dalmiro Sáenz publicó su primer libro en 1956, cuando tenía 30 años, y después de un largo viaje por la Patagonia donde se instalaría por casi 15 años.
Fue "Setenta veces siete" su libro debut, una serie de cuentos que le valieron el prestigioso premio de la Editorial Emecé y dos de cuyas historias serían adaptadas más tarde por el cineasta Leopoldo Torre Nilsson para la película del mismo título que estrenaría en 1962 con Isabel Sarli y Francisco Rabal.
Sáenz fue autor de muchísimos best sellers, entre los que cabe mencionar los humorísticos "Yo también fui un espermatozoide" (1968) y "Cuentos para niños pornográficos" (1983), el ensayo "Carta abierta a mi futura ex mujer" (1968, reeditado varias veces) o las novelas "El día que mataron a Alfonsín" (1985), "El día que mataron a Cafiero" (1987), "El argentinazo" (1983) o "El sátiro de la carcajada", entre tantas.
También escribió obras de teatro como "Hip, hip, ¡ufa!" (1966, Premio Casa de las Américas, en Cuba), "¿Quién, yo? (1969, que fue un éxito de venta también en librerías), "Las boludas" (1987, que fue llevada al cine en 1993 con un reparto encabezado por Gerardo Romano, Héctor Alterio, Rodolfo Ranni) y la transgresora "Sexo, mentiras y dinero" (2002, con la que Gustavo Garzón debutó como director teatral).
Para el cine adaptó muchas veces él mismo sus propias novelas y obras de teatro. Así “El pecado necesario” se convirtió en “Nadie oyó gritar a Cecilio Fuentes” que dirigió Fernando Siro en 1965 y ganó la Concha de Plata en el festival de San Sebastián de ese año.
"Hip, hip, ¡ufa!" pasó al cine en 1968 con el título de "Ufa con el sexo", dirigida por Rodolfo Kuhn y prohibida por el gobierno de Onganía por atentar contra la moral y las buenas costumbres. Su primera proyección pública recién tuvo lugar en el Festival de Cine de Mar del Plata de 2007.
Para Daniel Tinayre escribió el guión de “Kuma Ching” (1969).
Palabra silenciada
Sin militancia política definida pero audaz iconoclasta, cuestionador, crítico y librepensador, Dalmiro Sáenz recibió varias amenazas de muerte durante la última dictadura militar hasta que optó por abandonar el país e instalarse en Punta del Este.
Durante los años que duró la dictadura (1976-1983) no escribió.
Recién lo hizo al regresar la democracia, cuando publicó su novela histórica “El argentinazo” y ganó la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores.
También por esos años se unió al doctor Alberto Cormillot en una investigación sobre los manuscritos del Mar Muerto y la figura de Jesús que los llevó a viajar por Israel, Egipto, Nueva York y entrevistar a distintos referentes en el tema, lo que dio lugar al libro “Cristo de pie” (1988) en el que despliega una singular visión de su propia religiosidad, en contra de la que dictamina el establishment.
Su última novela, “Pastor de murciélagos” la publicó en 2005.
Un tipo que escribe
Sáenz había señalado en viejas entrevistas que no se consideraba escritor, sino que siempre “me sentí un tipo que escribe”.
“Me veo muy distinto a los escritores normales, creo que el arte se nutre de la injusticia y de la queja. Pienso que el escritor es un traidor a su mundo y a su tiempo; es una persona que delata, que delata a su familia, a sus amigos, se queja de todo y está denunciando todo lo que ve, es un francotirador del disconformismo”, sostenía.
Mal amante y peor padre
Dalmiro Sáenz tuvo nueve hijos biológicos, todos con la misma mujer. Pero contradictoriamente fue un padre ausente, al que la paternidad le sentaba muy poco.
"Lo mejor que hice por mis hijos fue abandonarlos, desde entonces mi relación con ellos mejoró muchísimo", declaró alguna vez.
También dijo haber sido muy mal amante. "Y eso que practiqué mucho", aclaraba siempre.
Su nieta Fátima Noriega también escribió en Twitter: “Mis abuelos se casaron un 12 de junio. Increíblemente yo también (lo supe después). Quizás exageraron pero tuvieron 9 hijos y + de 20 nietos”.
Vocación transgresora
Su vocación por la transgresión tuvo su correlato en sus intervenciones públicas, siempre picantes y polémicas, entre ellas su participación en 1988 en un programa de Gerardo Sofovich, donde se refirió a un cuadro religioso que hay en el Vaticano.
“En la colección privada del Vaticano hay un cuadro de una virgen que se llama la Virgen del Divino Trasero, y es una virgen con un culo precioso”, dijo, y siguió: “con ese culo yo no creo que siga virgen por mucho tiempo más”, lo que derivó en un escándalo, con sanciones varias impuestas por el entonces Comfer que sancionó el programa.
Otro de los escándalos resonantes que Sáenz protagonizó tuvo lugar en 2003 en el ciclo “Indomables”, cuando confesó que había participado de orgías junto a los actores Fernando Siro y Elena Cruz, cuando él todavía estaba casado con la hermana de la actriz.
En el recuerdo
Dalmiro Sáenz vivía sólo, en su casa de Buenos Aires, acompañado por un asistente personal que fue el encargado de dar la noticia a la familia.
El deceso del provocador escritor fue confirmado por el director teatral Pablo Silva, hijo no biológico de Dalmiro, quien señaló que la muerte sorprendió a la familia porque “estaba bastante bien para su edad”.
“El la pasó bien hasta el último día”, resaltó Silva en medio de la conmoción por el fallecimiento del prolífico autor.
Autoridades de la ciudad se contactaron con los familiares y pusieron a su disposición las salas de la Legislatura porteña para realizar allí sus exequias.
Al trascender la noticia en las redes sociales, el ministro de Cultura, Pablo Avelluto, publicó en su cuenta de Twitter: “Nos hiciste reír y pensar mucho. Nosotros también fuimos un espermatozoide. Dalmiro Sáenz (1926-2016)”.
“Murió Dalmiro Sáenz. Mi abuelo. Dejó una familia inmensa. La mía. La mejor del mundo”, escribió su nieta, la abogada penalista Fátima Noriega, en su cuenta de la red social Twitter, sin dar más detalles.