Tenía 75 años y venía luchando desde hacía años contra un cáncer que terminó llevándoselo en la madrugada de ayer.
Actor, guionista y director, Andrzej Zulawski fue una figura tan controvertida como provocadora, creador de una filmografía personalísima cuyos títulos más exitosos fueron “Una mujer poseída” (1981), con Sam Neill e Isabelle Adjani como un matrimonio a punto de divorciarse que entra en un espiral de excesos demenciales, y “La mujer pública” (1984) con Valerie Kapriski como una actriz que no distingue el mundo real y su papel en una película.
Ya desde sus comienzos, con “La tercera parte de la noche” (su debut, en 1971) o “El diablo” (1972, que fue prohibida en su país), Zulawski elaboró un lenguaje propio, tan intenso como original, cargado de un erotismo salvaje y altas dosis de nihilismo y desesperanza.
El trayecto
Nacido en 1940 en Leópolis, antiguo territorio polaco que hoy pertenece a Ucrania, luego de luchar contra la rígida censura de su época terminó radicándose en Francia, donde trabajó como diplomático en la Unesco y pudo dar rienda suelta a su espíritu revulsivo e iconoclasta con un cine único, que sigue siendo tan inquietante como incómodo.
“Cuando era niño vi cosas que no debería haber visto. Es esto lo que me dio ese sentimiento de que cada día es un milagro”, contó en 2004 en una entrevista a París Match.
Su atractivo físico le permitió desempeñarse como actor secundario en algunas películas y lo destinó a tener una vida sentimental muy variada.
Primero estuvo casado con la actriz polaca Malgorzata Braunek, madre de su hijo Xawery. Después tuvo una relación con la pintora Hanna Wolska, madre de su segundo hijo Ignacy, y luego se casó con la actriz francesa Sophie Marceau, madre de su hijo Vincent, nacido en 1995, de la que se separó en 2001.
El recuerdo
“Tenía proyectos pero tomó su decisión -dijo su hijo mayor, Xawery. Esa decisión fue morir. Él no luchó, no quería luchar. Consideró que estaba escrito así”, afirmó.
Xawery, también director y guionista, había publicado en su página de Facebook que su padre estaba en fase terminal y que, pese a que recibía una terapia intensiva en el hospital, “el avance de la enfermedad no permitía hacerse ninguna ilusión”.
“Es una gran pérdida para el cine polaco y el mundial”, declaró el crítico de cine Janusz Wroblewski, en tanto que Gilles Jacob, antiguo presidente del Festival de Cannes, lo recordó en Twitter como un vanguardista.
“Cineasta libre/vanguardista/una cámara frenética y erotismo vitaminizado/Zulawski era también un poeta/escritor/filósofo. Un heredero de Wajda/otro rebelde”.