Eduardo ‘Tato’ Pavlovsky, dramaturgo, actor, médico con formación psicoanalítica y autor de piezas memorables de la escena nacional como “El señor Galíndez”, “Potestad” y “La muerte de Marguerite Duras”, entre otras, murió a los 81 años, dejando un valioso legado que jerarquiza la palabra para fusionar el universo artístico y terapéutico, en un camino de trabajo sostenido durante 50 años.
‘Tato’ Pavlovsky nació en Buenos Aires el 10 de diciembre de 1933, fue pionero del psicodrama en América Latina; una rama de la psicoterapia que apela a lo dramático-grupal como eje de acción, y a la cual ese hombre de gran porte gustaba pensar como “marginal, por fuera de las grandes organizaciones”.
El trabajo en grupo, el lazo social dentro del consultorio, sobre las tablas, o en los sets de filmación signó su camino; con más de 20 obras (muchas de las cuales fueron memorables estrenos aquí en Mendoza, por parte de grupos locales) y 15 libros, entre ensayos sobre psicodrama, proceso creativo, cuerpo, psicoanálisis y una novela; junto a sus trabajos como actor y director.
Sagaz observador, los techos porteños que tanto gustaba mirar, más precisamente los del barrio de Belgrano, fueron la superficie capaz de permitirle huir de su consultorio cuando un grupo parapolicial fue a buscarlo para secuestrarlo.
Exiliado en España a fines de la década del ‘70, con reconocimientos y distinciones a nivel nacional e internacional, Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional del Sur de Bahía Blanca y ciudadano ilustre de la Capital de nuestro país, su mirada analítica sobre la letra chica de la historia, el estudio de sus complicidades y pliegues, atravesó sus intensas creaciones.
Sus dos primeras piezas se estrenaron en 1962, “La espera trágica” y “Somos” (ambas puestas en nuestra provincia por elenco locales), con Pavlovsky como parte de su elenco; ya que el fallecido artista era un actor de raza y amaba pisar tablas.
Su última producción dramática “Asuntos pendientes”, realizó su tercera temporada en el Centro Cultural de la Cooperación en abril de este año y él desplegó allí su intensidad sobre el escenario, repuesto luego de atravesar una compleja operación médica.
Susy Evans (analista y su compañera en la vida), Eduardo Misch, Paula Marrón y Lucía Allende compartieron escenario con ‘Tato’, dirigidos por Elvira Onetto y desgranaron el relato del crimen de la compra-venta de niños.
El sujeto “infancia”, silenciado con frecuencia y usado sin pudores para fines diversos en otras ocasiones, fue uno de los tópicos que el artista abordó, ya desde la magnífica “Potestad” (1987, aquí dirigida por Maximino Moyano), trama desgarradora acerca del robo de chicos en la dictadura, narrada desde la óptica de un represor, sin moralinas ni intelectualizaciones que fue llevada al cine, como también sucedió con su pieza “El señor Galíndez”.
“El santo de la espada” (1970) de Torre Nilson, “Los herederos” (1972) de David Stivel, “El exilio de Gardel” (1985) de Pino Solanas y “Las mujeres llegan tarde” (2012), de Marcela Balza, son algunas de las 15 películas en las que puso su cuerpo a diferentes criaturas.
Como terapeuta, no sólo tiene una vasta producción teórica plasmada en libros fundamentales, como el primer texto de psicodrama grupal en castellano, “Psicoterapia de grupo de niños y adolescentes”, sino que estaba al frente de su propio espacio, Psicodrama Grupal Pavlovsky, donde se brinda formación, entrenamiento profesional, talleres y atención clínica.
Un trabajador infatigable por hacer del mundo un lugar mejor, comprometido, capaz de gritar y accionar sobre los dolores de su época.
Conmoción y dolor en las redes
Artistas, periodistas y diferentes personalidades del ámbito de la cultura, del país y la provincia, lamentaron ayer en las redes sociales la partida del reconocido dramaturgo, psicoanalista y actor argentino de Eduardo ‘Tato’ Pavlovsky; referente del teatro argentino y pionero del psicodrama en América Latina. “Qué tristeza, una gran pérdida para la cultura argentina.
Adiós a un grande de nuestro teatro”, expresó vía Twitter el actor Carlos Portaluppi, en alusión al autor de piezas memorables de la escena nacional.
Por su parte, el periodista Osvaldo Quiroga escribió: “Pena enorme. Murió el gran Tato Pavlovsky. Uno de nuestros hombres de teatro más
sólidos. Gran persona. Mierda, lo vamos a extrañar mucho”. Ante la noticia que se hizo eco en los medios de todos el país, y conmovió al ámbito artístico, también se manifestó el político y sociólogo Daniel Filmus, quien se refirió a la muerte de Pavlovsky como “una pérdida enorme para la cultura nacional” y definió al artista como “un gran tipo”.
Por su parte, el productor y conductor Claudio Villarruel dijo: “Se fue un grande. Tato Pavlovsky. Que descanses”. En tanto el periodista Pedro Brieger fue uno de los primeros en difundir la noticia en los medios al publicar en su facebook: “Murió el gran Tato Pavlovsky. Un día triste...”.
La periodista Any Ventura (panelista de “Bendita TV”, Canal 9) prefirió despedir al artista recordando una frase suya, “A la clase media le falta solidaridad”. En tanto, la actriz Marina Glezer expresó su tristeza infinita ante la partida de Pavlovsky, a quien describió como “inigualable, admirado, tanto”.
En Mendoza también diversas personalidades lo despidieron por las redes. El Director de Cultura de Godoy Cruz, Diego Gareca, lo despidió con un “Hasta siempre, querido Tato”. La actriz y directora Marcela Montero escribió en Facebook: “Maestro... Estaba en mis planes proponerlo como Honoris Causa de la Facultad de Artes y Diseño de la UNCuyo... qué pena tan grande!!! Un querido y admirado teatrista para mí, por su solidez intelectual, su creatividad y su pasión por el teatro: Gracias Tato!!!”.