Eduardo Madeo, uno de los integrantes históricos del emblemático conjunto folclórico Los Fronterizos, falleció la noche del jueves en una clínica de Salta a los 81 años, a causa de un paro cardiorrespiratorio.
Desde una voz aguda y romántica y ejecutante del bombo, Madeo fue coautor de temas como “Ecos de mis cerros”, “Zamba del carbonero”, “La tastileña” y “Cartas a mi casa” y se lució como intérprete solista de los clásicos de Los Fronterizos “No quisiera quererte”, “Rogativa de Loncomeo” y “Cuando el amor se va”.
Madeo se incorporó a Los Fronterizos en 1954 luego del deceso de Emilio Solá, para sumarse a sus fundadores, Gerardo López y Carlos Barbarán. En la intrincada vida del grupo, al poco tiempo llegó Juan Carlos Moreno y tras la deserción de Barbarán, su lugar fue ocupado por César Isella.
A lo largo de su trayectoria, la agrupación gozó de una enorme popularidad en el país y fue emblema de la música nativa en presentaciones internacionales por Japón, Estados Unidos y Europa, y junto a Eduardo Falú y Ariel Ramírez fue parte protagónica de la puesta de la “Misa Criolla”.
Pero hacia 1966 Isella dejó el conjunto y tuvo que ser reemplazado por Eduardo “Yayo” Quesada y enseguida Madeo también se va para permitir la llegada de Omar Jara. Con esas modificaciones Los Fronterizos cerraron su etapa de mayor suceso.
Los ecos de aquella gloria fueron revividos fugazmente en 1999 cuando Isella-Quesada-Moreno-Madeo-López se reunieron para un inolvidable concierto en Córdoba ante 35.000 asistentes.
Tres años más tarde se reunió con López y Quesada para registrar el álbum “Nuevamente juntos”, donde volvieron a abrevar en los más grandes éxitos de Los Fronterizos.
Durante la década del ‘90 Madeo se desempeñó como responsable de la Dirección de Acción del Ministerio de Educación y hacia fines de esa década fue Director General de Cultura de la Municipalidad de Salta.
Sus restos de Madeo fueron inhumados ayer en el cementerio de la ciudad de Salta.