Murió Clorindo Testa, gloria de la arquitectura argentina

Tenía 89 años.Nació en Italia pero se crió en Buenos Aires, donde diseñó emblemáticos edificios como la Biblioteca Nacional, el Centro Cultural Recoleta y el Banco de Londres. Su nombre aparece en las novelas "Rayuela" y "Sobre héroes y tumbas".

Murió Clorindo Testa, gloria de la arquitectura argentina
Murió Clorindo Testa, gloria de la arquitectura argentina

Protagonista insoslayable de la creación plástica y arquitectónica de los últimos 50 años, Clorindo Testa falleció ayer dejando como legado una serie de obras emblemáticas en la ciudad de Buenos Aires. como la Biblioteca Nacional, el Centro Cultural Recoleta y el ex Banco de Londres.

Testa nació en Nápoles (Italia) el 10 de diciembre de 1923 pero antes de cumplir el año de vida su familia se radicó en la Argentina, donde forjó sus estudios y conformó la primera camada de arquitectos de la nueva Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (1948).

"Aunque italiano de nacimiento, soy un arquitecto argentino, que vive y proyecta en Argentina sin perder los lazos con la tierra de mi padre", mencionó al agradecer, a los 80 años, el haber recibido el título de doctor honoris causa en la Facultad de Arquitectura de la Universidad La Sapiencia de Roma.

Al año siguiente de su graduación volvió a Italia, becado por la UBA, donde permaneció hasta 1951.

En 1952 realizó su primera exposición en la Galería Van Riel, de Buenos Aires; en 1953 expuso en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro y en el Museum de Amsterdam; en 1956 participó de la Bienal de Venecia y hacia fines de la década del ?50 participó en la muestra "Siete pintores abstractos", organizada por el grupo Boa y el Grupo de los Cinco.

Una exposición inaugurada en el Pabellón de las Artes de la Universidad Católica en 2005 mostró un resumen del recorrido de este artista inquieto e innovador, dueño de una envidiable energía creativa.

Una selección de pinturas, instalaciones, maquetas y montajes fue resumen y testimonio de su itinerario: informalismo, figuración, abstracción, urbanismo, arquitectura.

A lo largo de su carrera, embelleció la ciudad de Buenos Aires con obras emblemáticas, como la Cámara de la Construcción en 1951, el ex Banco de Londres y América del Sur en 1960 -actual Hipotecario-, la Biblioteca Nacional en 1962, el Hospital Naval en 1970 y el Centro Cultural Recoleta en 1979.

Otros trabajos fueron el Auditorium de la Paz (1993), la sede del Colegio de Escribanos de la Capital Federal (1998) y el proyecto Universidad Torcuato Di Tella (1998).

En el interior creó el Centro Cívico de Santa Rosa, La Pampa y una serie de viviendas para el NOA, además de haber ganado un concurso para restaurar el edificio de Turismo en Mendoza (obra que nunca se concretó, ver aparte).

En la década del ?60 se hizo conocido en el mundo cultural porteño por su premio en el vanguardista Instituto Di Tella. Ese prestigio entre los artistas le llevó incluso a ser mencionado en las famosas novelas "Rayuela", de Julio Cortázar, y "Sobre héroes y tumbas", de Ernesto Sábato.

Académico de Número de la Academia Nacional de Bellas Artes, Testa recibió, entre muchos galardones, el Premio Arquitecto de América (1987) y el Doctor Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires (1992)

Fue Invitado Especial a la Bienal de Arquitectura de San Pablo, Brasil (1999), participó de la Exposición "The Un-Private House" en el Museo de Arte Moderno (MOMA) de New York (1999) y fue Invitado Especial a la Bienal de Venecia, Italia (2000).

En la última Bienal de Arquitectura en Venecia, el año pasado, con la presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, se inauguró oficialmente el Pabellón argentino en la zona de los Arsenales con un envío, "Identidad en la diversidad", cuyo curador fue Testa.

En ese espacio el arquitecto y artista plástico reflexionó acerca de las relaciones entre arquitectura y sociedad a lo largo de nuestra historia como Nación.

"El eligió hacer una especie de memoria de la arquitectura argentina desde los orígenes hasta el presente con esos trazos tan suyos e inconfundibles", recordó la embajadora Magdalena Faillace, directora de Asuntos Culturales de la Cancillería.

Para Faillace, "Clorindo sumaba a su genio una sencillez y una calidad humana, una aleación muy difícil de encontrar. Su muerte nos ha conmovido a todas las personas allegadas a la cultura. Fue un arquitecto de origen italiano y, aunque no se nacionalizó por una promesa hecha a su madre, siempre eligió ser argentino. Sus obras son incontables y nos quedan como modelo para recordarlo".

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