Un tripulante de un crucero de Virgin Voyages falleció la semana pasada de "daño auto-infligido", dijo a la AFP el miércoles la Guardia Costera estadounidense, confirmando el último en una serie de aparentes suicidios de trabajadores atrapados a bordo durante la pandemia.
La Guardia Costera confirmó a la AFP que un tripulante filipino de 32 años falleció de "aparente daño auto-infligido" a bordo del "Scarlet Lady", el primer y único crucero de Virgin Voyages.
"Esa fue la información que nos reportaron", dijo un portavoz de los guardacostas de la región sureste.
Portavoces de Virgin Voyages, una compañía con sede en Florida y fundada por el multimillonario británico Richard Branson, se condolieron por la muerte a bordo, pero no proveyeron más detalles.
"Con gran tristeza confirmamos que un tripulante falleció a bordo", dijeron los publicistas en declaraciones enviadas a la AFP.
El crucero, que iba a ser inaugurado en marzo, tuvo que cancelar sus planes y ha estado deambulando frente a la costa de Florida con tripulación a bordo desde que empezó la pandemia.
De acuerdo al blog especializado Cruise Law News, que reportó primero el caso citando fuentes anónimas en el barco, no está claro cuándo se habría muerto el tripulante, que era un limpiador filipino del hotel del barco.
El imponente "Scarlet Lady", que pudo verse el viernes en el puerto de Miami, había anclado para poder desembarcar el cuerpo, según este blog y el diario local Miami Herald.
Las líneas de crucero enfrentan enormes dificultades logísticas para repatriar a decenas de miles de tripulantes que llevan más de dos meses sin tocar tierra, miles de ellos sin noticias de cuándo volverán a casa.
Sus repatriaciones dependen en gran parte de las medidas sanitarias en cada puerto y de las restricciones de viajes en los países de destino, algunos de los cuales no permiten la entrada ni de sus propios nacionales.
Decenas de miles de tripulantes están varados en altamar desde mediados de marzo, cuando repentinamente se cerraron las fronteras internacionales para contener la expansión del nuevo coronavirus y los trabajadores quedaron atrapados a bordo.
Para algunos, la espera ha sido intolerable.
Sumando este caso, al menos seis tripulantes han fallecido en mayo a bordo de cruceros por causas no vinculadas a la pandemia, de los cuales cinco murieron en aparentes suicidios.
La semana pasada, un tripulante filipino del crucero alemán "AIDA Blu", anclado en Hamburgo, falleció de causas que no fueron especificadas. La empresa, AIDA, no informó la causa de muerte, pero ésta fue registrada como un suicidio en la aplicación de rastreo de cruceros CruiseMapper.
Otros cuatro tripulantes fallecieron en circunstancias poco claras este mes.
Hace dos semanas, un chino fue hallado muerto en su camarote en el "Mariner of the Seas" y un húngaro falleció en un aparente suicidio en el "Carnival Breeze". Las compañías matrices de ambos, Royal Caribbean y Carnival, respectivamente, se reservaron las circunstancias de ambas muertes.
Otros dos tripulantes fallecieron este mes lanzándose por la borda. Una camarera ucraniana saltó del "Regal Princess", anclado en Rotterdam, mientras el 2 de mayo un hombre cayó del "Jewel of the Seas", que merodeaba aguas griegas.
Ryan Driscoll, un estadounidense varado a bordo del "Seabourn Odyssey", anclado en Barbados, dijo en una entrevista reciente con la AFP que resulta "perturbador" para los tripulantes enterarse de estos fallecimientos.
"Pero no me sorprende", añadió el cantante de 26 años. "Son tiempos difíciles para todos".
Aunque las compañías han repatriado a miles de tripulantes, quedan casi 60.000 a bordo de 90 cruceros solamente en aguas estadounidenses, según cifras de la Guardia Costera.
El Miami Herald calcula que hay 100.000 tripulantes varados en todo el mundo.