Cansados de no recibir respuestas, y luego de cumplirse 8 días de conflicto, los trabajadores del área de maestranza de la Municipalidad de Lavalle trasladaron su protesta hasta la casa del intendente del departamento, Roberto Righi (PJ), donde realizaron un escrache que consistió en pegar carteles que reflejan sus reclamos y en desparramar basura en la entrada a la vivienda.
"Si el intendente no escucha nuestros reclamos, volveremos a manifestarnos en su casa todos los días", alertaron desde ATE, el gremio que movilizó a los trabajadores.
De esta manera, el sector profundizó las medidas de fuerzas que se vienen tomando desde hace varios días. La semana pasada, el personal se declaró en estado de asamblea y movilización permanente y cortó el ingreso a la Villa Tulumaya.
Es que según reveló Juan Baeza, prosecretario gremial de la seccional ATE Lavalle, "se han agotado las instancias administrativas en busca del diálogo. Porque esta lucha viene ya desde hace dos años y el propio intendente se ha negado sistemáticamente a atender los reclamos de los gremios", agregó.
Específicamente, el personal reclama un incremento de emergencia de $ 2.000, que no deberá ser "a cuenta de futuros aumentos salariales". Asimismo, el pase a planta de los contratos de locación, que en la comuna superan los 400 trabajadores, de los cuales la gran mayoría lleva entre 5 y 15 años como contratados.
En otro orden, también reclaman la "no criminalización de la protesta", la "paritaria departamental con ATE" y el tratamiento de un convenio colectivo de trabajo propio.