Bill y Beryl, son dos hermanos austriacos que se vieron por última vez hace 80 años. Cuando ambos eran tan solo niños, Bill de 11 años y Beryl de 8, su padre fue dado por muerto en la Segunda Guerra Mundial y su madre ya había fallecido 3 años atrás. Ante tal pérdida, ambos niños siguieron viviendo juntos en un orfanato hasta que la menor fue adoptada, aunque se negara a ir.
Hasta ese entonces, los dos confiaban en que su padre, Frank Stewart, regresaría a buscarlos, hasta que los japoneses torpedearon el barco en el que se encontraba, el carguero SS Iron Crown en cual trabajaba como marino mercante. Lo informaron como desaparecido y dado por muerto, notificación que le llegó más tarde al hermano mayor. “Fue un shock, ahora no tenía padre ni madre. Tenía tan solo 11 años”, recuerda con tristeza Bill.
Con vidas separadas, los hermanos siempre tuvieron el deseo de volver a encontrarse. Intentaron encontrar el paradero del otro, pero sus intentos no fueron fructíferos. Transcurrieron 77 años para que descubrieran en el fondo del mar a la embarcación SS Iron Crown, que se hundió con las esperanzas de dos hijos y de muchas familias más.
Al enterarse de la noticia, Bill se empeñó en buscar a Beryl una vez más. El ahora nonagenario se hizo una prueba de ADN y descubrió a un pariente que era genealogista aficionada. Se puso a investigar un poco y se encontró con Beryl y su nuevo apellido, Johnson.
El reencuentro
En los tiempos actuales, a los hermanos solo los separaba una llamada telefónica. Ambos coincidieron en encontrarse y conocerse, desde entonces son inseparables.
Los hermanos explicaron que se llaman cada mañana a las 8:15. Se saludan con: “Hola, mi querido hermano, hola, mi querida hermana”, según comentan ambos. De esta manera, mantienen un vínculo fuerte que resistió el pasar de los años, unión que una guerra no pudo borrar. Ahora transitan por las últimas etapas de sus vidas, pero en familia.
El video que circula por diversas plataformas demuestra la fuerza de voluntad de un adulto mayor, con la inconformidad de que una guerra, que ya lo había separado de su padre cuando él era tan solo un niño, también lo alejara de su hermana.
