Luke Daniels, un empresario de 44 años, cambió los secadores de pelo por congeladores cuando decidió transformar su salón de belleza en una heladería durante el cierre por la crisis del coronavirus, consiguiendo, así, salvar su negocio.
Daniels, de Navenby, Lincolnshire, temió por el futuro de su negocio cuando las medidas tomadas para frenar la expansión del coronavirus obligaron a cerrar a todas las peluquerías y barberías a partir del 23 de marzo.
Tras cinco semanas de confinamiento y cese de actividad, el empresario, que tiene cuatro salones de belleza, decidió reinventarse y convertir su peluquería ‘Urban Angels’, situada en Navenby, en una heladería.
Luke aprovechó el confinamiento y el bloqueo nacional para sacar beneficio de la situación y empleó unas cuantas semanas en transformar el aspecto de la peluquería en una heladería que pudiera ofrecer servicio de comida para llevar.