Estados Unidos condenó este lunes las elecciones regionales de Venezuela, en las que el chavismo logró un abrumador triunfo y que fueron acompañadas por observadores europeos. El proceso contó además con la participación de los principales partidos de la oposición, después de tres años marginándose de elecciones y llamando a la abstención liderados por Juan Guaidó, el dirigente que Washington reconoce como presidente interino.
Guaidó decidió mantener su postura este año, asegurando que el proceso fue “absolutamente viciado” y “claramente desigual”. Washington dio un espaldarazo a esta postura de Guaidó. El secretario de Estado, Antony Blinken, publicó un comunicado este lunes rechazando el resultado, en el que el partido del presidente Nicolás Maduro, el PSUV, ganó el principal municipio de Caracas y 20 de las 23 gobernaciones, según un primer boletín oficial.
“El régimen de Maduro privó a los venezolanos una vez más de su derecho a participar en un proceso electoral libre y justo”, afirmó Blinken. “Temeroso de la voz y el voto de los venezolanos, el régimen distorsionó enormemente el proceso para determinar el resultado de esta elección, mucho antes de que se emitieran los votos”, añadió el secretario de Estado.
El gobierno estadounidense se convirtió en el principal aliado de Guaidó, quien además recibió cierto control de los recursos venezolanos en el extranjero. Otro medio centenar de países lo reconoce como presidente, aunque Maduro en la práctica tiene el control del país.