Tasha Peterson es una activista vegana y una defensora de los derechos de los animales que cobró notoriedad internacional debido a la protesta llamativa que llevó en un local de KFC, en Australia.
La joven entró junto a un grupo de colaboradores en uno de los negocios que la cadena internacional de comidas tiene en Melbourne. Una vez allí, lanzaron sobre el suelo y sobre sus propios cuerpos sangre roja –pintura- y, junto a carteles, megáfonos, equipos de audio y un televisor dieron inicio a la protesta.
Tras poner audios de animales en agonía, Tasha alzó su voz y comenzó con su alegato: “El mayor y más largo holocausto de la historia está ocurriendo ahora mismo en las industrias de la carne, los lácteos y los huevos”, lanzó.
Luego, se dirigió a los clientes y afirmó que “Si no eres vegano, estás contribuyendo a este holocausto y eres un ‘abusador’ de animales”.
“KFC asesina a pollitos de seis semanas que son encadenados por los pies, electrocutados en un baño de agua y degollados. La mayoría de ellos aún están completamente conscientes cuando son degollados”, prosiguió.
Discusión con la policía
Según informó el portal de noticias autóctono 7 News, la policía arribó al negocio a los 10 minutos de iniciada la protesta. Uno de los efectivos se acercó a Peterson y la interpeló: “Creo que ya has estado aquí bastante tiempo y has dejado en claro tu punto de vista”, la interpeló el agente.
La joven le respondió que “aquí están los cuerpos de seres asesinados justo detrás de usted y me hace problema con un poco de sangre falsa en el suelo”, pero el policía le retrucó que “Esto es un local y la gente aquí sólo intenta hacer su trabajo”, tras lo cual los veganos abandonaron el local.
Apoyo y críticas en redes
Según lo detalló Clarín, tanto en Instagram como en Twitter, los usuarios se dieron a un acalorado debate por los métodos empleados por Peterson y su grupo para protestar. Algunos felicitaron el compromiso de los veganos, pero otros criticaron la intervención por considerarla intempestiva y afectar a los trabajadores del lugar.
No obstante, el grupo de activistas subió a las redes fotos de ellos mismos limpiando la suciedad que habían provocado.