Tras el anuncio de la Sputnik V, tanto Estados Unidos como Alemania salieron al cruce del gobierno de Vladimir Putin y pusieron en duda la seguridad de la primera vacuna registrada por Rusia contra la Covid-19. En el caso de EE.UU., además, aseguraron que una vacuna desarrollada en ese país estaría lista en diciembre cumpliendo con los protocolos adecuados, sin poner en riesgo a las personas.
El secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Alex Azar, indicó en diálogo con la cadena ABC que “lo importante no es ser el primero en tener una vacuna, sino que sea segura y efectiva”, en un intento por minimizar el avance científico contra el coronavirus anunciado por Rusia.
“Necesitamos datos transparentes, tienen que ser datos de fase 3 que demuestren que la vacuna es segura y efectiva y eso es lo que el presidente (Donald) Trump está haciendo con seis vacunas en desarrollo”, añadió.
Azar recordó que Estados Unidos “está en camino” de tener decenas de millones de dosis de su propia versión de la vacuna para diciembre, con dos de las seis que se desarrollan en el país en fase 3, la etapa final de ensayos clínicos.
Por su parte, el ministerio alemán de Salud manifestó también sus dudas sobre la “calidad, la eficacia y la seguridad” de la vacuna contra el nuevo coronavirus anunciada por el presidente ruso.
”No existen datos conocidos sobre la calidad, la eficacia y la seguridad de la vacuna rusa”, dijo una portavoz del ministerio al grupo de prensa regional alemán RND, recordando que en la Unión Europea, la “primera de las prioridades es la seguridad de los pacientes”.
Pese al anuncio de Rusia que espera empezar la producción de la vacuna a partir de septiembre, los ensayos todavía no han terminado y la fase 3, que se realiza con miles de personas, tiene previsto iniciar este miércoles.
”Hay que demostrar que la relación utilización-riesgos de la vacuna es positiva antes de que sea difundida para un gran público”, subrayó la portavoz del ministerio de Salud alemán, que precisó que Berlín no tiene contactos con los rusos al respecto.
”La autorización de una vacuna en Europa requiere, además de la prueba de su calidad farmacéutica, conocimientos suficientes adquiridos con los ensayos clínicos para poder demostrar la eficacia y la inocuidad” del medicamento, agregó la portavoz.
En tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que antes de cualquier “precualificación” de su parte, tendrá que examinar mediante “procedimientos rigurosos” el conjunto de datos “recabados mediante ensayos clínicos”.