Una portuguesa llamada Ângela Ferreira inició una campaña para conseguir que la inseminación post-mortem fuese legalizada en su país. A través de su cuenta de Instagram anunció que está embarazada de su esposo, que falleció en 2019. Sin embargo, este tipo de fertilización no era legal en Portugal.
“Hoy finalmente comparto con todos vosotros la tan deseada noticia. Fueron años de lucha para llegar aquí, el proceso fue largo y doloroso... ¡Pero finalmente lo conseguimos! Con una alegría enorme y el corazón lleno comparto que ahora laten dos corazones dentro de mí”, publicó en sus redes socieales.
Luego de que su marido Hugo falleciese de cáncer en 2019, la mujer lideró una lucha para conseguir la inseminación post-mortem fuese legalizada. Su esposo le había dejado por escrito su deseo de que su amada tuviese un hijo con el semen que criopreservó cuando estaba con vida.
Su historia fue difundida en una serie documental de la cadela lusa TVI que la ayudó a movilizar su lucha consiguiendo que más de 100 mil personas firmasen una petición para que la propuesta fuese discutida en el Parlamento.
Varios partidos se sumaron a su lucha y presentaron diferentes proyectos de ley para discutir en la asamblea sobre el tema. Tras el veto del Presidente de la República Portuguesa, Marcelo Rebelo de Sousa, la “inseminación post-mortem” entró en vigor en noviembre de 2021.
La ley permite que una mujer sea inseminada con los espermatozoides de su pareja fallecida “en los casos de proyectos parentales expresamente consentidos” y debe ser en un periodo de entre seis meses y tres años luego de la muerte. Si el bebé nace, es considerado a nivel legal como hijo del fallecido.
En Argentina, desde el punto de vista jurídico, no existe una disposición legal que regule la Fertilización Post Mortem.