Una religiosa, certificada como la europea viva más longeva con sus 116 años, venció al coronavirus sin experimentar ningún síntoma y su historia se transformó en tendencia mundial.
Lucile Randon –también llamada hermana André- es una monja francesa que vive en una residencia para mayores en Toulon, sitio en el que a mediados de enero se produjo un brote del virus. Como consecuencia, la hermana contrajo la enfermedad pero la cursó sin manifestar síntomas.
La propia Randon contó al portal francés Varmartin.com “Ni siquiera me di cuenta de que lo tenía”, además relató el otro efecto preocupante de la pandemia: la soledad.
“La soledad pesaba terriblemente”, detalló la religiosa quien aseguró que enero no fue un mes sencillo ya que tuvo que estar confinada en su habitación sin poder asistir a misa tras la confirmación del diagnóstico.
Sin embargo, no todas son malas noticias: el próximo jueves la hermana André cumplirá 117 años y lo celebrará por videoconferencia con su familia y recibirá la visita virtual del alcalde de Toulon.