Un nuevo estudio sobre el uso del cigarrillo electrónico, realizado en Estados Unidos, arrojó resultados negativos para aquellos que intentan dejar el cigarro tradicional utilizando ese instrumento de vapor. Aseguran que no ayuda con la abstinencia del tabaco y encima es nocivo para la salud.
Así lo informaron dos institutos de salud, que dejaron en claro que “el cambio a los cigarrillos electrónicos (incluso a diario) no se asocia con ayudar a los fumadores a mantenerse en abstinencia de cigarrillos. De hecho, la evidencia sugiere que el cambio a productos de tabaco alternativos por parte de exfumadores recientes puede estar asociado con un mayor riesgo de recaída en el tabaquismo”.
Así reza la conclusión a la que llegaron los investigadores de la Escuela Herbert Wertheim de Salud Pública y Ciencia de la Longevidad Humana de la Universidad de California en San Diego y del Centro Oncológico Moores, tras estudiar a 13.604 fumadores entre 2013 y 2015 y a los que también se les realizó un seguimiento posterior.
En un primer informe alegaron que casi un de un 10% que había abandonado el consumo de tabaco tradicional, la gran mayoría (62,9%) lo dejó de manera drástica y sin emplear ningún tipo de sustitutivo, mientras que más del 37% había empleado otro producto de tabaco darle fin a la adicción, como el cigarrillo electrónico (casi el 23%).
Luego, en una segunda ronda de preguntas los autores del estudio (publicado en la revista “JAMA Network Open”) compararon a los exfumadores que habían dejado de fumar de manera radical, con los que se habían pasado a los cigarrillos electrónicos u otros productos derivados del tabaco.
Allí descubrieron que los individuos que cambiaron a cualquier otra forma de consumo, incluidos los cigarrillos electrónicos, eran más propensos a recaer en comparación con los que habían dejado todo el tabaco, en un total de 8,5 puntos porcentuales, según explica el investigador principal John P. Pierce, profesor de la Escuela Herbert Wertheim de Salud Pública y el Centro de Cáncer Moores de la UC San Diego.
“Este es el primer estudio que analiza en profundidad si el cambio a una fuente de nicotina menos dañina puede mantenerse en el tiempo sin recaer en el consumo de cigarrillos. Si el cambio a los cigarrillos electrónicos fuera una forma viable de dejar de fumar cigarrillos, entonces los que se cambiaron a los cigarrillos electrónicos deberían tener tasas mucho más bajas de recaída en el consumo de cigarrillos. No encontramos pruebas de ello”, explicó Pierre.