Un niño de 10 años, oriundo de Texas, confesó que en 2022 mató de un disparo a un hombre que era vecino de su abuelo, en un parque de casas rodantes. Al tener 7 años al momento del asesinato, el chico no puede ser imputado segun la ley estatal.
Brandon O’Quinn Rasberry fue hallado muerto en la casa rodante en la que vivía el 18 de enero de 2022, después de que su empleador denunciara su desaparición. El cuerpo del hombre tenía una herida de bala en la cabeza y rasguños en sus manos.
El crimen fue investigado por la policía tras el hallazgo del cuerpo, pero recién la semana pasada, más de dos años después del asesinato, se produjo un giro inesperado en el caso.
El director de una escuela cercana notificó a la oficina de policía que un estudiante de 10 años, cuya identidad no fue revelada, admitió haber disparado a O’Quinn Rasberry. Además, el director afirmó que el mismo estudiante había amenazado a otro compañero.
El niño contó que en el 2022 visitó a su abuelo, que vivía en un parque de casas rodantes. Una noche, el chico sacó una pistola de la guantera de la camioneta de su abuelo y entró en la caravana del vecino, identificado como O’Quinn Rasberry para dispararle.
“Al salir de la casa rodante, el niño disparó nuevamente el arma de fuego contra el sofá. Posteriormente, abandonó la autocaravana y colocó el arma en la guantera del camión”, indicaron los investigadores. No se encontró ningún motivo para el crimen, ya que el niño admitió no conocer a la víctima.
Según la ley estatal de Texas, el niño no enfrentará cargos ya que la legislación establece que los menores de 10 años no pueden ser considerados responsables de un delito. El joven permaneció 72hs detenido y fue trasladado a un hospital psiquiátrico en San Antonio, para realizarle estudios y tratamientos.