Un jubilado de 83 años, que vivía en un aeropuerto de Italia, recibió una enorme muestra de solidaridad luego de que su historia llegara a los medios de ese país.
La ciudad de Bolonia se movilizó para darle un mejor pasar al hombre que supo trabajar como consultor de vinos. Según informó la agencia de noticias ANSA, Arnaldo se quedó en la calle porque no alcanzaba a costear un alquiler.
Aunque cuenta con una pensión social, lo que cobra no es suficiente para poder pagar una habitación. Frente a esto, el jubilado decidió instalarse en el aeropuerto Marconi.
En un principio, se quedaba afuera “para no molestar” a los trabajadores y a los pasajeros, pero cuando empezó a bajar la temperatura encontró reparo en la zona del check-in donde se halló personas muy humanitarias.
Los empleados le dieron una bolsa de dormir, le ofrecían café y comida. Así se convirtió en un miembro más de la “familia del aeropuerto” y muchos lo compararon con el personaje de “La Terminal”.
Finalmente, su historia fue reflejada en la edición local de La Repubblica y poco tiempo después un “amigo anónimo” le prestó una casa para que pueda pasar el resto de su vida en la comodidad de un hogar.