Un bombardeo ucraniano sobre la región de Jersón, en el sur de Ucrania, provocaron daños en la presa hidroeléctrica de Kajokva, según indicaron los servicios de emergencias regionales a las agencias de prensa rusas.
“Hoy a las 10 (hora local), se lanzaron seis misiles Himar. Las unidades de defensa antiaérea derribaron cinco, incluyendo uno que alcanzó la esclusa de la presa de Kajokva, que resultó dañada”, declaró un representante de los servicios de emergencias, citado por las agencias rusas. Kiev acusó a Moscú en las últimas semanas de querer detonar la represa, una afirmación desmentida por las autoridades de ocupación rusas.
Los ataques de Rusia
Fuerzas rusas redoblaron sus ataques en una región muy disputada en el este de Ucrania y las condiciones ya duras para la población y el ejército defensor empeoran, tras la anexión ilegal de Moscú y la declaración de ley marcial en la provincia de Donetsk, según las autoridades ucranianas.
Los ataques han destruido casi por completo las centrales eléctricas que sirven a la ciudad de Bakhmut y la localidad cercana de Soledar, indicó Pavlo Kyrylenko, gobernador ucraniano de la región. Un civil murió y tres resultaron heridos en los ataques, indicó el sábado por la tarde.
“La destrucción es diaria, si no cada hora’', dijo Kyrylenko el sábado por la noche.
Parte de Donetsk llevaba ocho años bajo control de separatistas con apoyo ruso cuando Rusia invadió Ucrania a finales de febrero. Proteger la república autoproclamada de los separatistas fue una de las justificaciones del presidente de Rusia, Vladimir Putin, para la invasión, y sus tropas llevan meses tratando de capturar la provincia entera.
Aunque la “mayor brutalidad’' de Rusia se centró en la región de Donetsk, los “combates persistentes’' continuaban a lo largo de un frente que se extiende más de 1.000 kilómetros (620 millas), según dijo el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, en su mensaje en video de cada noche.
Entre el sábado y el domingo, Rusia lanzó cuatro misiles y 19 ataques aéreos contra más de 35 poblaciones en siete regiones, desde Chernígov y Járkiv, en el nordeste, a Jersón y Mykolaiv, en el sur, según la oficina del presidente.
Rusia se ha centrado en atacar infraestructura de energía en el último mes, lo que ha provocado apagones y desabastecimiento de luz en todo el país. Estaba previsto que los apagones se alternaran por horas en zonas de la capital, Kiev, donde viven unos 3 millones de personas, y en los alrededores.
También había apagones previstos en las regiones de Chernígov, Cherkasy, Zhitómir, Sumi, Járkiv y Poltava, según dijo en un post de Telegram la operadora estatal de energía ucraniana, Ukrenergo.
Una noticia más positiva fue la reconexión de la central nuclear de Zaporiyia a la red eléctrica ucraniana, según dijeron el domingo medios locales. La central nuclear más grande de Europa necesita electricidad para mantener el vital sistema de refrigeración, pero funcionaba con los generadores diésel de emergencia desde que los proyectiles rusos cortaron sus conexiones con el exterior.
En la ciudad de Bakhmut, Donestk, unos 15.000 vecinos que permanecían en el lugar vivían bajo ataques diarios y sin luz ni agua corriente, según medios locales. La ciudad lleva meses bajo ataques, pero el bombardeo se ha incrementado después de que las fuerzas rusas sufrieran derrotas ante las contraofensivas ucranianas en las regiones de Járkiv y Jersón.
En Járkiv, las autoridades trabajaban para identificar cuerpos encontrados en fosas comunes tras la retirada rusa, indicó el vocero de la fiscalía regional, Dmytro Chubenko, en una entrevista con medios locales.
Se han tomado muestras de ADN de 450 cuerpos descubiertos en una fosa común en la ciudad de Izium, pero las muestras deben compararse con familiares y por el momento sólo han participado 80 personas, señaló.