En la localidad de Oiso, Japón, un hombre de 82 años fue condenado por el asesinato de su esposa discapacitada de 79 años. Él la lanzó al mar desde un muelle cercano, después de casi cuarenta años de dedicarse al cuidado de su esposa.
Fujiwara Hiroshi, el autor confeso del crimen, regresó a su hogar tras el terrible hecho y le confesó a su hijo lo que había sucedido. De acuerdo con el relato del hombre, él estaba “cansado” después de haber dedicado una gran parte de su vida al cuidado de su esposa en silla de ruedas.
La Policía local fue alertada por el hijo del matrimonio, quien fue testigo de la confesión de su padre y notó la desaparición de su madre. Más tarde, el cuerpo de su esposa fue localizado flotando en el mar.
En declaraciones judiciales, el asesino dijo que mató a su esposa discapacitada porque se cansó de cuidarla y no la quería dejar en un asilo de ancianos, informaron medios japoneses que citaron la declaración del juez.
La sentencia judicial
El juez calificó el acto de “egoísta” y descartó la idea de que se tratara simplemente de un caso de fatiga por el cuidado. Según sus conclusiones, “el pensamiento pesimista y la incapacidad de Fujiwara Hiroshi para lidiar con la responsabilidad del cuidado llevaron a un desenlace trágico y violento”.
Tras el juicio, el tribunal dictaminó una sentencia de tres años de prisión para el acusado, lo que ha generado un debate sobre la naturaleza y duración de la condena. La defensa, por su parte, planea discutir con el hombre y su familia cómo tomarán la decisión judicial.
La sentencia dictada por el tribunal, que condena al octogenario a tres años de prisión, ha generado discusiones sobre la proporcionalidad de la pena en este tipo de casos.
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